Siempre


Y el cielo, escribe estrellas sobre el mar…

Las palabras abrazaron el viento, y yo me hice de papel, me dibujé en cada boceto, mientras a lo lejos, allí donde se abraza el silencio, tu ciudad permanecía adormecida. Estaba tan cerca, que casi creí que dormías, y cuando despertabas, yo regresaba a casa.

Y te escribía de nuevo

Y permanecía despierto

Y abraza mi propio silencio

A lo lejos, en el silencio de tu ciudad, mis palabras escribían distancia, las tuyas describían soledad. Y me hice eterno, y me hice de piedra, mientras mi corazón, se volvía de papel. Guardé mis propios bocetos, y al hacerlo, unas alas gritaron ser libres, más allá del silencio, más allá de la propia palabra. Y cuando lo hicieron, tu ciudad solo era un breve fragmento de una poesía que la propia luna escribió.


Y volamos

Y fuimos libres

Y fuimos lo que somos ahora

Silencio


Las calles de mi ciudad escriben silencios, y yo dibujo mi propio acento mientras suenan aquellas notas, de la canción de tu ciudad. Las sombras de los poetas, me dicen que sea un poco más de ello, que camine con mis pasos, mientras vuelo hacía tu universo. Las palabras de tu ciudad, son un verso no escrito, es una de esas cartas que dejé bajo tu almohada, de aquellas que el silencio quiso poner mi nombre, de esas que nos enseñaron, de esas que nos mostraron, que siempre seremos silencio, siempre libres.


Y que siempre, seremos eternos. 

0 Comentarios:

Los silencios de mi ciudad


Mi ciudad…

Crecimos junto al silencio del mar, y no quise hacerme grande mientras recorría las calles de mi ciudad. Y fui conociendo tus secretos, aquellas calles de cuentos prohibidos y de susurros a media palabra. Abrazamos las estrellas y mientras me alejaba de ti más quise escribirte, incluso lo hacía cuando cada uno de mis silencios añoraba las calles de tu, mi ciudad. Y cuando apagábamos el mar entre montañas el horizonte siempre me decía que estarías allí, donde la luna escriba mi nombre también escribirá tus palabras.

Abrazamos los silencios y ambos crecimos entre la montaña y el mar. Y te escribí una carta, y dejé todas las líneas en blanco mientras recorría aquellas calles que eran infinitas cuando yo, cuando creí poder alcanzar las estrellas, conocí los secretos de tu nombre, y los hice tan míos que ambos fuimos eternos. Quizás solo sea una ciudad, las palabras solo llevan nombres que no se escriben, pero tienen silencios que describen, y que cuentan, y que susurran, y que dicen que nuestro camino estaba junto al mar.

Aprendí de tus acentos, de esas calles que tanto adoraba, y que tanto adoro, al fin y al cabo siempre perteneceremos al universo, y aprendí  de aquellas casas que tanto decían sin decir, aquellas que dibujaban los versos más humanos del mundo cuando te ibas a dormir. Y te conocí cuando caminabas, cuando abríamos los abrazos y cerrábamos los labios. Y del mismo modo te conocí cuando acariciabas el cuerpo y susurrabas la caja de poemas.

Aquellas calles por las que soñé, aquellos senderos junto al mar. Y yo allí sentado, a los pies de la montaña, aquella que tanto abrazabas, aquella que describía los pasos, y comprender, la grandeza tanto de tu todo como el de tu propio silencio. Caminar es hacerte infinita, escribirte es hacerte eterna, y en cada uno de los acentos, aquellos monumentos, aquellos lugres que tanto te describen.

Las calles de mi ciudad son palabras, son versos al fin y al cabo, son las palabras de aquellos que caminan, de aquellos que corren, y de los que vuelan, y de los que sonríen, y de los que sueñan. Mi ciudad es un abrazo en silencio, de esos que dicen sin apenas pronunciar palabra, de esos que te cuentan aquello que no se dice. Mi ciudad es un verso escrito en el universo, uno de esos poemas que se escriben bajo estrellas, con la vida entre los sueños y los sueños que son vidas repletas de caricias.


Quizás solo sea un sueño, quizás solo sea eso, quizás solo sea mi ciudad.

0 Comentarios:

Invisibles


Invisibles…

La piel es un sendero repleto de palabras que no se dijeron, la voz es un instante eterno más allá de nuestros propios pasos. Los cuerpos no son más que poemas en blanco, líneas que vamos escribiendo, y que nos dicen, y que nos cuentan, y que ponen aquellos acentos más eternos en cada uno de nuestros silencios. Y allí donde las caricias duermen, el cuerpo se vuelve invisible, eterno.

Quizás solo sea un instante en el cielo, ¡podemos volar! Siempre pudimos hacerlo, y abrazar el cielo, y descubrir cientos de estrellas, y descubrir que el universo es un lugar infinito. Y en ese concepto, propio de una realidad escrita en cada una de las palabras, el cuerpo se vuelve invisible, siente los abrazos al igual que las caricias, y susurramos aquellas palabras que escribimos sobre nuestro cuerpo invisible.

Y comprender que somos un verso, uno de esos que se escriben en las agendas más personales, con trazos repletos de vida, y ahí, en ese instante eterno, nuestro cuerpo es el lienzo invisible donde besar cada una de las letras. Porque nuestro cuerpo no es más, que un instante en el paraíso del universo, y comprender, y abrazar, cada uno de sus silencios, que no son pocos pero son los más bellos

Somos invisibles

En el universo

Y allí

Somos eternos


Los pasos se realizan en el viento, sentimos, es algo que siempre deseamos hacer, y cuando volamos, fuimos el verso invisible, el acento más eterno. Porque al fin y al cabo, invisible es eterno, y nosotros, cada uno de los que volamos por el cielo o los que caminan por la tierra, que a la vez ambos lo somos todo, somos invisible, y del mismo modo, más allá de la palabra escrita…también somos eternos.

0 Comentarios:

Carta a la dama de la suave tranquilidad



Las cosas, simplemente suceden.

Y como el verso que siempre escribimos, dejamos que el aire llevase nuestro nombre. Quizás por eso, quizás porque decidimos soñar despiertos, aquel mundo que solo eran palabras, creció, se hizo grande, tan grande, que casi pudimos abrazarlo. Y no era nada, pero al mismo tiempo, lo era todo.

Quizás no nos dimos cuenta de lo que creamos, quizás creímos bueno, solo era un sueño, quizás, solo quizás, quisimos seguir siendo aquel niño que soñaba con ser mayor. Y despertamos en aquel mundo que no era más que un universo de aire, de viento, caminando con la realidad. Y te escucho, más allá de tu silencio mientras suspiro, al fin y al cabo, ambos caminamos en aquel mundo inverso, tú lo hacías con la tranquilidad de la tierra, yo con el cariño del techo.

Y el camino, ese sendero llamado vida, nos enseñó que aquello que no era más que un sueño, aquello donde podemos ser todo pero al mismo tiempo no ser nada, nos abrazó con fuerza, nos hizo suyo, fue entonces, cuando despertamos en sus brazos, cuando nos dimos cuenta aquello, era real. Y las palabras crearon hechos, y los hechos crearon sonidos, y estos traspasaron aquellas altas montañas, navegaron por aquellos mares, y nos hicimos eternos.

Los pasos son sobre el aire pero ¿y las palabras? Somos eternos más allá del silencio, y allí, en aquel lugar que creímos que solo era un sueño, también caminamos, también forma parte de nuestro cuerpo, pues este siente la ausencia del mismo modo que siente las palabras. Y es la gente la que lo mueve, creímos que éramos capaces de escribir sobre el cielo, y lo logramos, al fin y al cabo el ser humano es capaz de alcanzar cada uno de sus sueños.

Y es ahí, donde tus pasos buscan el sendero ¿Dónde queda la tierra cuando volamos por el cielo? ¿Dónde quedan las estrellas cuando le escribimos al universo? Quizás solo sea un extraño, alguien que bueno, conoce el techo mejor que su propio suelo, pero ahí, donde el mundo nos describe en cada palabra, soy consciente de algo que puede abrazar tu camino.  Y es que si abrazas al silencio, si lo haces tuyo lentamente, quedará el más bello de los recuerdos.

Una luna dice, que el mundo es un lugar infinito, pero del mismo modo, nos dice que solo somos aire, somos parte del universo y como este, no dejamos caminar. Las estrellas brillan solas, en medio de un mar océano infinito de estrellas que como nosotros, no deja de viajar en soledad. Y si abrazas el silencio, hazlo tuyo, es un sonido que acaricia, que abraza y que nos recuerda, que solo somos aire.


Somos eternos más allá de las palabras…

0 Comentarios:

Nuestro propio silencio



Supongo que volveremos a encontrarnos.

Es algo que silencio, en cada uno de esos acentos tan y tan escritos. Y aquel calendario, donde dibujamos sonrisas infinitas, quedó relegado a un simple recuerdo, supongo que siempre llevaremos la duda, la coma antes de cada palabra, de cada suspiro. Que caminaremos, eso, eso es algo que ambos sabemos, y lo haremos en caminos separados, al fin y al cabo, aquellas eran las palabras en las hojas de tu calendario.

Una noche hablé con la luna, observé viejos edificios que hablan de palabras nuevas, me dicen que ahí, hacía donde se dibuja el camino a las estrellas, tus pasos son un verso inacabado al que un día decidimos guardar en silencio. Y desconozco donde quedan tus caricias, o tus abrazos, es algo que la propia noche, esa en la que tanto he podido volar, y vuelo pues sigo siendo animal de costumbres de estrellas, dijeron que bueno, silencio es una palabra que se escribe entre dos pero se va acentuando con el paso de la gente.

Quizás, solo quizás, algún día recuerdes mi nombre, es algo que incluso yo mismo desconozco, y curiosamente es algo que, y esto es algo que sabes, incluso hago conmigo mismo. Y en esos momentos tú eras cuando gruñías, y que ordenase las palabras, y que pusiera las letras en el orden que creía, por eso aparte todas aquellas que se reflejaban en mi propio espejo. Y por eso sé que seguirías gruñéndome pero con la certeza de que el viento, siempre necesita libertad.

Las hojas de tu calendario escriben en silencio, y como en muchos árboles, aquellos que un día plantamos con la certeza de la palabra, aún siguen ahí. Y por eso me aparto, soy consciente de que la sombra de la poesía escrita en reglones lineales, sigue estando ahí, allí donde no quedamos nosotros, que comenzamos con aquel árbol. Supongo que solo será ese silencio que hablaba de ti, hablaba de mí, pero no hablaba de nosotros, el silencio al fin y al cabo solo es una caricia para el recuerdo.

Y me gusta sentarme con los pies colgando del mundo, saltar sobre los conceptos y abrazar mi propio silencio. Las hojas de tu calendario siguen estando ahí, en cada acento que pusimos junto a las estrellas, cada una en un universo, y yo volando de galaxia en galaxia, dejando que un oso panda vuele entre las estrellas. Supongo que si abrazas las hojas de tu propio calendario, comprenderás el acento en ciertos animales.


Las hojas de tu calendario, marcaron nuestro propio camino, marcaron nuestro propio universo.

0 Comentarios:

A solas en el silencio de mi ciudad



Supongo que algún día, seremos parte del camino.

Y nos escribamos despacio, cuando nadie nos vea y creamos, que estamos solos en medio de un universo infinito. Supongo que cuando las olas del mar, describan cada uno de nuestros segmentos, y hagan bocetos entre sus líneas, supongo que si algún día, el mar acaricia nuestros pies y nos hace recordar que somos efímeros en la roca, eternos en el viento, supongo que será ahí cuando nos hablemos, cuando nos contemos, y cuando nos digamos aquello que no supimos decir.

Al igual que la roca que duerme bajo la cascada, al igual que esos poetas de los que tanto he renegado que suspiran ante el anochecer mientras abrazan cada una de sus palabras. Como el niño que sueña con ser mayor y el mayor que sueña con volver a ser un niño. Como aquellos que alzan la palabra más propia, la más personal, aquella que nunca se pronuncia pero acaba escrita en folios olvidados y acaba siendo la propia voz del viento. Como la estrella que camina entre el universo siendo consciente de que a pesar de la multitud, la soledad es su única compañera. Como aquello que lo es todo, pero que a su vez, no es nada.

Y será cuando te cuente, aquellas batallas que viví. Conocí un enemigo implacable, de esos que todos tenemos, de esos que nacen con las palabras de otras personas, quizá deba poner tu acento. Y te contaré que luché tanto, que acabé abrazándole, acabé haciéndolo mío, descubriendo del porqué de algunas raíces, del porqué de ese abrazo tan vacío, de esa palabra que no nació de mi boca, pero que escribí con mis manos. Y con ella encadené aquel silencio tan propio de mí, tan firme en ti, tan firme, tan sólido, pero tan necesario.

Quisiera contarte como fueron las cosas, que caminos conocí, o que senderos descubrí. Quisiera contarte cuantas noches permanecí despierto, escribiéndote, describiéndome. Quisiera contarte parte de algunas de aquellas batallas, pero solo algunas, son tantas que acabaría subiéndome a la luna para preguntarme porque lo hice, y me respondería tu silencio, y me responderían mis cadenas, y ambos me dijeron que simplemente, fui feliz.

Y a pesar de todo, no lo haré, no pienso contarte los acentos de mis palabras, los senderos de mis aventuras, no pienso contarte como alcancé el viento, ni como dormí abrazado al anochecer. Quizás mi silencio te recuerdo a aquellas palabras que, simplemente no supimos decir. Soy consciente de algún día, seremos la parte más firme de un pasado que no volverá. Y del mismo modo soy consciente de que nuestros pasos, no volverán a cruzarse. Seremos parte de ese silencio tan personal, que casi no lo pronunciaremos con la palabra, y ahí, solo ahí, recordaremos cual es el camino de la felicidad.


Seremos parte del universo, seremos parte de nuestro silencio.

0 Comentarios:

Los universos donde fuimos libres



Donde han quedado

Los versos que escribimos en el universo


Y por una vez, me vuelvo de eterno cristal

Hemos gritado desde la roca en la que escribimos nuestro presente, los cimientos siempre fueron de agua sobre el aire, imposible de sostener ante el empuje de la realidad. Y como el universo cuando se acerca el día, nos fuimos apagando lentamente. Y como si acabamos de escribir nuestra historia, dejamos un folio en blanco justo al final, tan solo nos quedaba la esperanza, de ser un faro frente al mar.

Siendo un trozo de hielo, nos arrojamos a la realidad de las palabras vacías que divagan por un universo imperfecto, y si queríamos llorar nos abrazamos a la soledad, solo éramos aquel cuento que debía haber seguido creciendo, que debía haber sido parte de un todo que nos supimos sostener.


Y no apagaremos

La voz del último faro

Cuando los sueños se sienten

Sobre la roca de la realidad


En espiral, las palabras gritan para ser libres, anclamos nuestros cuentos a la venda más indómita, aquella que impuso los que nos querían soñar, los que dejaron el barco a la deriva y decidieron caminar sin respirar, sin ser conscientes de que las cosas, debían cambiar, y nosotros ser parte de aquellos cimientos, sobre los que levantamos castillos en el aire, pero lo hicimos tan firmes, que olvidamos nuestras alas al despegar.


Y suspiramos

Ante el verso

Que gritaba libertad


Solo somos un pedazo del océano en medio de universo infinito, solo somos aquellos que creímos que no podíamos contar. Y soñar no era una palabra sin alas, no era aquel universo que queríamos levantar, entre todos los que gritamos, y olvidamos nuestras alas, y comprendimos, que los versos debían seguir siendo libres, para ser solo la parte de un todo infinito, que nos haga soñar a todos.


Y abrazar al faro, que nos dice dónde queda el mar.

0 Comentarios:

Un abrazo en tu silencio



Y quizás, solo sea un abrazo.

También fuimos parte del aire ¿recuerdas? También lo fuimos todo, la suave caricia en el recuerdo, la calidez de las palabras, el saber que estamos ahí aun estando al otro lado del silencio. Y quizás nos echemos de menos pero con temor a pronunciar las palabras. Y quizás nos necesitemos, siendo solo parte del universo.

Los pies quedan relegados a un camino con las manos, somos de aire, somos un corazón de piedra con un cuerpo de huelo. Quizás solo seamos esa parte más ínfima de un universo abstracto, pero quizás, simplemente quizás, detrás de todos esos silencios, solo deseamos no echarnos de menos.

Y nuestras ciudades duermen, pero nosotros no formamos parte de ello, preferimos saltar sobre los tejados más tiernos, sobre aquellos en los que escribimos la poesía de nuestros besos. Abrazamos nuestras palabras, y las hacemos firmes, tan firmes, que casi podemos alcanzar la luna. Y cuando lo hagamos saltaremos sobre las estrellas, y cuando lo logremos giraremos el universo, y todo, absolutamente todo, tendrá el calor de nuestros abrazos.

Por eso en ocasiones me vuelvo más de hielo, y me hundo en mis charcos con poemas en mis zapatos, esos que no uso pero que siempre calzo. Y en ocasiones nos volvemos más silencio que palabras, más distancias que abrazos, más nubes que estrellas. Y es en esos momentos donde me vuelvo más de hielo, me convierto en la roca sobre la que un día nos conocimos, solo es esa parte del acero que camina bajo el silencio.


Y me alejo

Y te alejas

Y simplemente te echo de menos


Quizás solo seamos eso, esa parte del silencio que se escribe, pero que no se pronuncia, que siente, pero que no se cuenta. Quizás seamos solo aire, esa libertad de la que tanto hablábamos y sobre la que tanto escribimos. Quizás, solo quizás, solo sea un abrazo.

0 Comentarios:

Cuando aprendimos a volar



Tal vez

-Solo tal vez-

Debimos escribirnos en el camino.

Las historias han crecido, lo hicieron como siempre, escribiéndose en silencio para no hacer ruido, redactándose en cada acento más allá de la palabra, abrazando aquellos nombres que simplemente no nos pertenecían. Y dormimos, y quedamos en solo ser una parte ínfima de un cielo en el que contábamos estrellas sin cesar.

Quisiera contarte que no te eché de menos, pero no hubo ni un solo instante en el que no lo hiciera. Marchamos con el silencio de las palabras, pero el recuerdo siempre estuvo ahí. Han llegado todas tus cartas, y en cada una de ellas encuentro mí mismo acento, ahora comprendo que tú también me echabas de menos. Y comprendimos que debimos caminar separados, para ser conscientes de lo que era avanzar juntos.

Las estrellas me han contado, que volar, no es un sueño prohibido. Y en ocasiones aprendí que incluso el aire, puede ser un lugar donde también sea necesario gritar. Y cuando lo hice tal vez lo hice con tú propia voz. Y cuando quise darme cuenta, tú estabas volando con mis alas al igual que yo lo hacía con las tuyas.


El blanco y negro

Fue algo más que un color


Las nubes siguen pasando sobre mi ciudad, reconozco el aroma de aquellas palabras que no decíamos pero que debíamos escribir. Quise escribirte antes, mucho antes, pero mis alas estaban en el cielo a pesar del vendaval, simplemente olvidé en que momento debí aprender a gritar. Las estrellas cuentan nuestros pasos, somos esa parte del silencio que no se dice, que no se cuenta pero que es tan y tan necesario…que ambos debimos seguir volando.

0 Comentarios:

Parte del viento



Las palabras solo fueron en silencio

Y salté

Y volé

Y sentí la libertad

Abrazándome desde el otro lado de las cadenas

Las letras se escribieron sobre un horizonte infinito, y me volví de papel, sintiendo ser parte del viento, sintiendo ser parte de aquellos besos que robamos en la madrugada. Y escribir mi nombre en cada concepto, en cada caricia del universo, y sentirme frágil, y sentirme más silencio, y simplemente, comenzar a volar en círculos hacia ninguna parte

Pero lejos

Lejos de mí

Lejos de ti

Y comprendí cuando volaba cual era el peso de la voz. Existe un lugar donde los sueños se hacen realidad, y yo no estuve allí, y yo no quise regresar allá donde nacieron las palabras de los pasos grises, de aquellos que no volaban, de aquellos que no sentían, de aquellos por los que un día, algunos lo fuimos todo.

Sentir

Es necesario

Callar

Es parte de ello

Y en ocasiones el viento arrastra nuestras palabras, y abrazamos el efímero cuerpo. Y en ocasiones volamos hacia nosotros, y sentimos como si fuéramos ellos, sin dejar de ser nosotros. Y en silencio seremos esa voz, que suena cuando necesitamos los abrazos, y en el viento, comprendemos cuales son los acentos de cada una de nuestras palabras. Y a pesar de ello, seguimos siendo libres.


Somos parte del viento, somos parte del silencio.

0 Comentarios:

Me gusta volar




Me gusta volar


-Y pensar que sigo despierto-


Me gusta ser libre, y ser consciente de todas mis cadenas. Me gusta volar, ser esa parte del viento que se guarda en el silencio, y decir nombres pero no decir el mío. Me gusta ser la ausencia de mí mismo, al fin y al cabo hace tiempo decidí omitir ciertas palabras. Me gusta escalar montañas y girarme, y al mirar hacia adelante, saber, y ser consciente de ello, que aún me queda mucho por subir, mucho por escalar, mucho por aprender.

Me gusta volar, es algo que ni siquiera la luna, esa que tantas veces ha escuchado cada una de mías palabras, puede dejar de escribir. Me gusta pensar que el mundo puede ser un lugar mejor, y que lentamente, y aunque sea con un pequeño paso, podemos hacer que esto sea posible. Me gusta volar y escribir en cada palabra, nombres, paisajes y versos. Me gusta volar y moverme con mis palabras.

Me gusta volar, y sentir el viento acariciar mi piel, me gusta que el aire sea esa parte del todo que tanto me fascina y a la que solemos llamar universo. Me gusta extender las manos aunque del mismo modo, me gusta mi propio silencio.  Me gusta mover mies pies, ser ingrávido en esta parte del universo infinito. Me gusta volar al fin y al cabo, es algo que cualquier puede hacer, quizás, solo quizás, pueda sonar paradójico, quizás pueda ser escrito en libretas que acabarán siendo parte del silencio dentro de algún cajón sin nombre pero lleno de vida, al fin y al cabo volar no es más que sentir, buscar la forma de hacer que el mundo sea un lugar mejor, buscar la sonrisa, el abrazo aunque en este aspecto, me gusta ser silencio.

Me gusta volar, caminar con el viento de la noche, escribir en cada ventana las gotas de vida que hay tras cada de ellas. Me gusta volar con las estrellas y ser conscientes de que el mundo no deja de avanzar, aunque en ocasiones gruñamos por ello.  Me gusta volar y ser esa parte del todo que es parte de la nada, porque desde algún rincón del universo, solo somos una estrella más. Me gusta volar y hacer con mis letras, que da cada una de las personas, sean algo infinito.

Me gusta volar, y caminar descalzo, y sentir el tacto de la piel, y pronunciar cada uno de los silencios. Me gusta volar bajo la lluvia y buscar en cada uno de los conceptos, la felicidad de los demás. Me gusta volar sobre mi ciudad, me gusta escuchar canciones que me dibujaron la libertad. Me gusta colar pues al fin y al cabo, forma parte de mi silencio, y en el soy libre con mis propias cadenas


-Simplemente-


Me gusta volar...

0 Comentarios:

Eternos



Eternos

Somos eternos


Volamos

El cielo es un lienzo donde escribo estrellas, abrazo en cada noche cada uno de mis versos, y dibujo en cada uno de esos poemas que el universo supo susurrar, cada una de las leras de los nombres, de los silencios, de los secretos, de los labios que no dijeron y se limitaron a cumplir el deseo de los cuerpos. Quizá la noche solo tenga palabras, quizás la noche solo tenga silencios. Y le abrazo, y me envuelvo con cada uno de los gestos


Y grito cuando el vuelo

Silencia cada palabra


La noche es un camino, tranquilo, serenos, pero tan lleno de vida que me limito a escribir versos, tantas canciones, tantas caricias que silencio mi propio nombre, quizás la luna me gruña, quizás sea tan solo una parte de un océano infinito, quizás, solo quizás, escriba el nombre de mi ciudad, y acaricie cada una de sus calles buscando un verso, susurrando en los portales la esencia de las estrellas


Para volar

Para decir

Para soñar

Para caminar



Anochece en la luna, la ciudad no es más que un verso que se escribe de manera constante en cada uno de los gestos. Para la luna, la ciudad es su propio universo y nosotros cada uno  de sus silencios, para la luna somos esa parte de ese todo llamado universo. Las palabras acarician cada una de las calles mientras dormimos, mientras la luna nos abraza y lentamente, también escribe cada uno de sus versos.

0 Comentarios:

Cartas sin nombre


Quizás suene el mar…

Desde la orilla apagamos la ciudad en un beso que supo a distancia, el abrazo de las estrellas, el vacío de la soledad, el tenerlo todo y acabar suspirando entre la nada. Los abrazos de la muralla, y aquellas rocas en las que escribieron tantos poetas de medio verso, yo estaba entre ellos, y desconocía tu ciudad, y desconocía a que sabían tus besos. La distancia no era más que un pedazo de papel, y dibujabas, y me dibujabas, mientras sonreía, y éramos libres, en nuestra nube de algodón mientras dormíamos en la ciudad.

Un verso que hablaba de ti, una carta en blanco que decía todo de mí, y una distancia para los dos, dulce suspiro de soledad.


Las cartas

Solo hablan de tu ciudad


La distancia no es más que un silencio que nos abraza, y nos hace pequeños mientras ella se hace grande, nos tormos más de vientos, más de cuentos sobre la almohada, cuando nos echamos de menos agrandamos el silencio sobre la ciudad. Supongo que solo será un verso, una de esas cartas sin nombre que se escriben tras el cristal en esos días de lluvia sobre la ciudad, supongo que aprendimos a volar en direcciones opuestas.


Pero siempre cerca del mar

Tú para ser libre

Yo para buscar tu libertad


Cartas que no se escriben, versos que no se cuentan, suspiros que simplemente se escriben primavera, sueños que se guardan en un cajón junto al verso de la distancia. A los lejos las luces de tu ciudad me recuerdan porque volé, las luces de tu ciudad se transforman en un verso prohibido, y me visto con los recuerdos, y me desnudo con las palabras, y juntos comprendemos que simplemente…volamos

Siempre en direcciones distintas

Pero cerca

Muy cerca del mar


Las luces de tu ciudad escriben tu nombre, las luces de mi cuidad mi libertad.

0 Comentarios:

La tetralogía del hielo: la roca



Las ideas de los pasos

No vuelan sobre el mar

Nos negamos a ser presos, en nuestro cielo de cristal. No éramos las palabras que se marcaban el silencio, no éramos el ave que vuela lejos del mar. Los recuerdos son secretos que se guardan en la distancia, éramos flechas distintas que se disparaban en direcciones opuestas, jugando con el viento simplemente dejamos de ser de aire. No debimos volver sobre los pasos, la sonrisa ya se apagó, pero nos empeñamos en encender su hoguera


Cuando nazca el hielo

Nos convertiremos en acero y cristal


Los barcos no vuelan, solo navegan sobre el mar. Y la distancia debió ser nuestro camino, no la senda de los labios. Fuimos libres bajo el cristal, fuimos aire lejos del mar, fuimos silencio en las cartas. Y las sellamos con los labios, y ampliamos nuestro horizonte, lejos, muy lejos, el silencio quema como el cristal. Nos escribimos, nos dimos un horizonte sin pensar, jugando a saltar sobre el cielo mientras abrazamos una luna llena de versos.


Y apuntamos sobre el hielo

Somos la roca que se lanza contra el espejo

Helando todo a su alrededor


Y gritamos, y saltamos sobre todo, solo era un castillo sobre el mar, no vimos cómo sus cimientos eran el acento del más eterno frio. Somos difíciles de comprender, navegando con las manos pegadas pero en direcciones opuestas. No comprendimos, no supimos, nos limitamos a escalar el más silencioso volcán olvidando que había debajo. Cuando contemos los silencios, contaremos aromas de despedida



Toda roca nace del frio hielo

0 Comentarios:

La tetralogía del hielo: el viento



El huracán de los besos

Dejó paso al palacio de hielo


El universo queda a los pies…

Al camino se hace en silencio, olvidando los rescoldos que dieron origen al volcán. Bajo un universo infinito, el grito resuena sin voz. Solo somos un cometa frío que se cruza una vez en nuestro interior.  Y si gritamos, solo con dormir volvernos a la senda de los versos sin cumplir. Y si nos despertamos, volveremos a la cima de nuestro propio iceberg, donde retomar los escritos que hablen de presente.


Toda roca de hielo

Necesita calor para nacer


Sin lamentos

No queda sitio para despertar, solo la ausencia del sendero, bajo la nieve blanca voy olvidando tus pisadas. Soy olvido, soy la marioneta de una silueta desdibujada que abraza la avalancha, y se aleja, y se pierde, y se difumina con tus versos, y se aleja de tus labios para volver a sentir el aroma del frío.  Donde quedaron las caricias ya no queda despertar, donde se borraron los nombres, solo queda un enorme vacío.


Y en el palacio de hielo

Volveremos a gritar

Somos presos

De nuestra propia libertad


Y tal vez la tormenta me aleje de ti, mientras los pasos se hunden sobre el hielo, y descubro la morfología del silencio, y te escribo pero sin sentir. Me vuelo más de hielo sin ti, y a pesar de todo me siento libre. Me abrazo a mi silencio, ya no queda tu voz, ya no queda el sonido de tus manos caminando sobre la senda del hielo. Y siento el calor de mi propio silencio. Y grito, y me hago más libre, como una vez debimos hacerlo, 

0 Comentarios:

La tetralogía del hielo: el grito



Ha llovido

Y de repente sentimos el hielo sobre la piel

Mil excusas, ninguna palabra, y cuerpo a cuerpo la voz se desvanece, descubrimos lo fácil que es decir adiós pero lo difícil que es llegarlo a comprender. Sentado sobre el silencio, el hielo se apodera de mí, solo somos esclavos de los pasos que no supimos dar. No hemos despertado a un lado de la luna, lo hicimos en silencios separados, atando al abismo nuestras cadenas, nadie escribirá cartas de felicidad cuando suenen nuestros nombres


No habrá recuerdos

De pasos sobre el mar

Solo el huelo

Nos recordará que fuimos


Cruzando los días

Saltando de charco en charco, borramos los signos del camino, y no contamos todo para no olvidar nada. Nos besamos a la luna, la dejamos que duerma bajo unas nubes que nos impidan recordar. Es fácil escribir sobre el olvido, es fácil sentir como la roca más calidad se torna de hielo. Y esculpimos sobre la piel guerras que no estaban escritas, y me arranco en mil pedazos, cada instante de aquella primera roca, cada instante de los pasos que no supe dar


Y grito

Y ahogo mis cadenas

En lo más profundo de mi cuerpo


Soy de hielo, bajo la roca gris dejo de contar los días. Los árboles ya no cuentan silencios, el mar ha dejado de llevar nombres, ni siquiera quise entregarle el mío, fui incapaz de girarme cuando no había hielo, y su estructura no era más que un verso que estaba por escribir. Hemos contado silencios, quizás, no lo sé, descubras como el hielo ha dejado paso al abismo y la soledad menos abstracta, y seremos dos, lejos de ser uno

Sobre el hielo

Descubro el placer de mover mis propias alas

0 Comentarios:

La tetralogía del hielo: silencio



-Roca-
-Hielo-
-Recuerdos de nuestro abismo-


Fue el adiós sin palabras el sendero del hielo

Soy feliz en la palabra, soy feliz en tu ausencia, y a pesar de todo me siento entre la rabia y el hielo que no para de crecer. Soy mi propio velero navegando por un mar de rocas de hielo. Sin que me falten los días voy renegando del sendero, para subir a la montaña aprendía a utilizar mis manos y escapar del refugio de lo más sensato. Simplemente nos hemos convertido en parte de un iceberg que se mueve en direcciones opuestas


Y despertaremos

En orillas alejadas

Regresando las botellas con mensajes

A lo más profundo del mar


He gritado

Y al alejarme he subido a mi montaña de hielo. Y he mirado el horizonte, miles de nubes crecieron con mi nombre alrededor. Es fácil gritar desde lo más alto sin que se escuche tu voz. Y me siento libre, y me siento algo más de viento, algo más de huelo, sin preguntarme en que nos hemos convertido, tus pasos quedan ausentes. Seremos felices cuando ya no quede la voz, pues teniéndola, encadenamos las alas a la libertad.


Y el viento

Se llevará nuestro silencio

Seremos libres


El hielo y la roca, el verso y el silencio, el grito y el reflejo en las nubes. El mar en medio de universo repleto de palabras. Y si vuelvo a gritar seré de nuevo ese fragmento de hielo que envuelve la roca. Y si vuelvo a volar, saltaré hacia nuevos universos, seremos el hielo entre las estrellas, seremos el silencio cerca del mar, seremos la línea en blanco, seremos lo que siempre debimos ser…el silencio entre la palabra.

0 Comentarios:

Siluetas



Siluetas

Imágenes distorsionadas

De una realidad llena de silencio


Han caído las estrellas

El día comienza con su rutina, todos hablan, nadie dice, guardan las palabras mientras yo escribo sobre los fragmentos de esas cadenas que nos quisieron atar. Camino en soledad mientras sus silencios me apuntan, y decido no girarme, y decido caminar en mi silencio, con la cabeza bien alta mientras observo con calma su propio reloj.


Las horas pasan

Mientras me alejo del sol

Es fácil volar cerca de la luna

Cuando el sol no tiene tus cadenas


Quieren que sea el niño, aquel que no mira, y se une a la sombra de sus cadenas. Me hago fuerte en mis palabras al igual que lo hago en mis silencios. Han aullado los perros a la luna, me dicen que abandone el sol, que siga por el camino de los versos mientras ellos caminan por la falsa amapola con espinas. Sangran en silencio, el vaso gira y se vuelve a la inversa. Caminan juntos, peor no me llaman, observan, callan, silencian.


Solo son siluetas

De un presente condenado


Un día sonará un poema

Hablará de la libertad de los hombres buenos, de las alas blancas, de las palabras nobles, de los versos más bellos jamás escritos, y de aquellos que están por escribir. Un día las cartas contarán historias prohibidas, de aquellos que dijeron, de aquellos que gritaron que era mejor estar lejos, lejos del sol, tan cerca de la luna que nunca pudieron bajar de ella, y allí fueron felices.


Siluetas

Siluetas de cartón



He borrado las cadenas con gritos y con versos, tan solo quedan sus cenizas y un silencio… 

0 Comentarios:

En los sueños



En los sueños

En los silencios

En la voz


En esa parte donde me acerco a tu universo, donde te miro a cada instante y me siento libre como la pluma, libre como la letra, libre como el mar en un día de lluvia. En ese lugar donde tus versos escriben un poema, y donde la palabra rompe toda distancia en cada uno de sus suspiros. Allí donde la luna duerme, donde las estrellas te admiran, y cuentan horas para no echarte de menos. Donde la locura no entiende de versos a media luz, allí, donde tu nombre permanece eterno, y en silencio, te abrazo para hacerme tuyo, para ser parte de ti.


En ese lugar

Donde tu sueños

También son los míos


En ese lugar donde nos abrazamos en silencio, y nos miramos mutuamente para perdernos en el más bello de los sentidos. Allí donde las olas gritan, y chocan contra la distancia y el agua quiere volar. Allí donde cambiamos el sentido de las estrellas, y pintamos un grafiti en el sol. En ese lugar donde te observo, y te como a besos a cada segundo, a cada instante, en cada uno de los acentos de las palabras escritas. Allí donde tú duermes, allí donde yo sueño.


Donde tu piel es un lienzo

Para la más dulce de las palabras

Donde tus manos dibujan

Senderos entre caricias


En ese lugar donde somos eternos, y el tiempo no avanza y tan solo se detiene para querernos. Allí donde la pluma y el pincel alcanzan la libertad. Allí donde el silencio se convierte en una voz, y donde la distancia no es más que un segundo entre suspiro y suspiro. Allí donde tus ojos miran un universo infinito, donde duermen los rugidos apagados y se encienden las caricias. En ese lugar donde duermes conmigo, allí donde los sueños se guardan en tu boca y tus ojos se convierten en un mar tan bello como infinito…


Allí desde donde te escribo

Desde ese lugar

Guardado bajo mí pecho


Solo son palabras de aquí, de ahora, de un te echo de menos

0 Comentarios:

Twister



Giro

Doy vueltas

Y escribo tu nombre en cada pared


Locura

Es un verso en el que me envuelvo con camisas de fuerzas. Mi mente despierta, la noche ya ha caído y observo cada estrella anclada en el más bello de tus suspiros. Giro mi cabeza mientras golpeo paredes acolchadas, escucho tu voz, intento alcanzarte, y mi voz no te toca, y mis manos te dibujan cada instante, y mis palabras se transforman en tu cuerpo. Y me cuelgo boca abajo para besarte, y la cordura se aleja, en un verso infinito.


Quizás solo dentro de la locura

Tan solo te eche de menos

Y te escriba a cada instante


Siento la realidad, es un buenos días en silencio, un te echo de menos mientras gruño en cada esquina. La locura es un bien preciado, y en tu cuerpo soy libre sin camisas de fuerzas que me alejen de ti, solo con las propias cadenas marcadas en la piel. Y te siento, y te busco, y al echarte de menos entro en la espiral del verso, y giro, y grito entre paredes acolchadas. En silencio, solo la noche conoce el mejor de tus versos, el más cálido de tus abrazos y sabor de lo más dulce de tus besos.


Y si le grito la luna

Quizás ambos despertemos

Aquellas criaturas que olvidamos


Locura, escribo tu nombre en cada paso mientras dejo mis pies colgando del techo, me abrazo a la locura, ahí puedo alcanzarte, y probar el fruto de tus labios. Obsesión, le escrito al universo cuanto te echo de menos, y el universo se ha girado sacarnos la lengua. Hoy te bajaré la luna, mañana alcanzaré tu universo. Y correré hacia ti como si solo el viento pudiese detenernos, y apagaré el sol con mis manos, dirán que es solo locura, diré que solo un te echo de menos…tan solo a cada instante.


Adoro esa locura

Que me acerca a ti


Ahora, entre paredes acolchadas, puedo decir que mi sonrisa, es por ti…



0 Comentarios:

El silencio



Silencio…

Silencio es agrandar la distancia estando cerca, tan cerca, que solo un suspiro puedes separarnos y a pesar de todo, debemos prohibirnos los labios. Silencio es sentirte cerca, pero a la vez muy lejos. Silencio es no contarte palabras pero sin contar caminos, paisajes, y a pesar de todo, alejarnos completamente del todo. Silencio es pensarte, y vernos saltar en las estrellas, ahí, silencio es que saltemos en direcciones opuestas.

Silencio son caminos, es un largo viaje sin destino, sin billete, y con el único equipaje del más bello de los recuerdos. Silencio es caminar con mis propios pies pero entregando cada una de las plumas de las alas donde nacieron los sueños. Silencio es dibujar un mar infinito, y navegar en el pero sin regresar atrás nunca más. Silencio es agrandar una montaña, subir a su cima y no escribir ni una sola palabra.

Silencio es escribirte, y echar te de menos ¿Por qué no? Pero silencio es ser consciente del camino recorrido. Silencio es caminar mirando al suelo, no al horizonte. Silencio es verte volar, y sonreír a cada instante mientras caminar por unas nubes cargadas de versos. Silencio es dormir contigo y que cuando despiertes, yo ya no esté contigo. Silencio es una carta escrita pero sin enviar, es una palabra invisible, que no se ve en la tinta, pero se ve en cada centímetro del cuerpo.

Silencio es vivir el anochecer, e intentar no hacer ruido, que los recuerdos caminen con los pies descalzos, y que no despierten a los sueños. Silencio es escribirle a la luna cuando este durmiendo, que aún la echas de menos. Silencio es sentarte en el mundo, y sentir la soledad en todo tu cuerpo, y que la abrazase, y que aún le eches de menos. Silencio es dormir en las nubes, para despertar en los sueños.

Silencio son las notas de un piano sin voz, sin palabras, pero con un cuerpo que baila lentamente. Silencio una melodía que suena cuando nadie nos ve, el silencio se dibuja en nuestra sonrisa pero no, no existe palabra alguna, solo un acento, breve, pero tan intenso, que puede iluminar una noche en las que pensamos que no hay estrellas. Silencio es una canción que guardamos en nuestro diario.


Silencio es una palabra…a la que nunca pusimos nombre.

0 Comentarios:

Bajo la piel



No hemos contemplado el cielo para quedarnos anclado al suelo.

Solo recuerdos…

Un vuelo sin motor, un viaje en dirección distinta. Bajo nuestra pues sentimos como el mundo dejaba de girar mientras caímos, un vuelo constante, palabras que no escuchamos, y gritamos para romper los muros que siempre quisimos escalar. Se han borrado los nombres, el imperio ya cayó. Solo quedan nuestros recuerdos, solo quedan aquellos dibujos que se van difuminando. En el reino del agua nos sentimos libres.

Fuimos solo aire, una palabra en el viento, y rompimos la distancia, y olvidamos que la piel solo es un pedazo de cristal. Los recuerdos quedan anclado en los muros de un castillo que no se volverá a levantar. Y creímos perderlo todo, sin ganar nada, sin contar las personas que un día perdimos, aquellos que un día lo fueron todo. Arde el recuerdo, quema la voz, y gritamos, y queremos arrancarnos la piel, para sentir, para olvidar.

-Vida-

-Recuerdos-

-Silencio-

Bajo la piel escribimos nuestros secretos, todo aquello no volverá. Y pensamos que hemos dejado de volar, añoramos en silencio, la voz forma crisálidas que se transforman en nuestro recuerdo cuando nadie nos ve. Creímos dejar de volar, creímos caer hacia el infinito, creímos que ya nada sería igual, creímos, no pensamos, nos limitamos a caminar por donde un día volamos.

Bajo la piel las horas no cuentan, solo pensamos en los recuerdos. Y nos equivocamos a la hora de penar, en la dirección del viento


Porque el mundo gira

Y nosotros formamos parte de el


Bajo la piel contamos secretos. Y aprendemos, y reconocemos que el vuelo es una dirección distinta. Borramos los muros de nuestro castillo, y observamos la libertad, un cielo estrellado, un lugar por el cual poder volar.

0 Comentarios:

Ahora...simplemente ahora



Adoro el momento

Y pensarte

Y que nos pensemos

Para vivir el ahora


Adoro despertarme sin prisa, saboreando cada momento, y mirar por la ventana mientras el café me da la bienvenida al día. Adoro no pensar, y divertirme en un mar de ideas, de caminos por los que seguramente caminaré, y les llamaré letras. Unos serán de kilómetros, otros quizás solo de un par de centímetros, pero cada uno de ellos será parte de un camino que no escribiré. Adoro saborear el momento, el ahora, disfrutar de cada instante, lanzarme a la locura de la ausencia de tiempo.

Me gusta decirle a la luna cuando sale ella para mí, girar alrededor del mundo y pararme en cualquier momento. Adoro ver anochecer y convertirlo en mi despertar. Me gusta poner las horas patas arriba, y sentir cada momento, en cada uno de sus sonidos y en cada uno de sus silencios. Adoro describir aromas, y no amoldarme a la rutina, adoro improvisar en cada momento, y no escribir lo pensado, darle la vuelta a todo, y ser libre dentro de mis propias cadenas.

Adoro omitir mi nombre y buscar la sonrisa en los que me importan. Me gusta no tener prisa cuando debe nacer una sonrisa pero del mismo modo, adoro correr a dar un abrazo aunque tenga que soltar mis propios escritos.  Adoro buscar la sorpresa en la felicidad de demás.


Me gusta guardar silencio

Para crear la felicidad


-Y volverme luego invisible-


Adoro el momento, el ahora, el ya más inmediato. Me gusta romper la rutina aunque la necesite, aunque le escriba cartas cada vez que le echo de menos. Me gusta no quedarme con lo mismo, hacer que cada sea distinto dentro de su aparente camino. Me gusta improvisar, sentir la vida, al fin y al cabo el camino se hace en presente. Adoro tener mis manos y mis pies siempre en movimiento pero no lo olvides: nunca para mí.


Adoro sentir la vida en cada uno de sus instantes…y sentirme libre, sentirme solo de aire.

0 Comentarios: