Un abrazo en tu silencio



Y quizás, solo sea un abrazo.

También fuimos parte del aire ¿recuerdas? También lo fuimos todo, la suave caricia en el recuerdo, la calidez de las palabras, el saber que estamos ahí aun estando al otro lado del silencio. Y quizás nos echemos de menos pero con temor a pronunciar las palabras. Y quizás nos necesitemos, siendo solo parte del universo.

Los pies quedan relegados a un camino con las manos, somos de aire, somos un corazón de piedra con un cuerpo de huelo. Quizás solo seamos esa parte más ínfima de un universo abstracto, pero quizás, simplemente quizás, detrás de todos esos silencios, solo deseamos no echarnos de menos.

Y nuestras ciudades duermen, pero nosotros no formamos parte de ello, preferimos saltar sobre los tejados más tiernos, sobre aquellos en los que escribimos la poesía de nuestros besos. Abrazamos nuestras palabras, y las hacemos firmes, tan firmes, que casi podemos alcanzar la luna. Y cuando lo hagamos saltaremos sobre las estrellas, y cuando lo logremos giraremos el universo, y todo, absolutamente todo, tendrá el calor de nuestros abrazos.

Por eso en ocasiones me vuelvo más de hielo, y me hundo en mis charcos con poemas en mis zapatos, esos que no uso pero que siempre calzo. Y en ocasiones nos volvemos más silencio que palabras, más distancias que abrazos, más nubes que estrellas. Y es en esos momentos donde me vuelvo más de hielo, me convierto en la roca sobre la que un día nos conocimos, solo es esa parte del acero que camina bajo el silencio.


Y me alejo

Y te alejas

Y simplemente te echo de menos


Quizás solo seamos eso, esa parte del silencio que se escribe, pero que no se pronuncia, que siente, pero que no se cuenta. Quizás seamos solo aire, esa libertad de la que tanto hablábamos y sobre la que tanto escribimos. Quizás, solo quizás, solo sea un abrazo.

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