Las ideas de los
pasos
No vuelan sobre el
mar
Nos negamos a ser presos, en
nuestro cielo de cristal. No éramos las palabras que se marcaban el silencio,
no éramos el ave que vuela lejos del mar. Los recuerdos son secretos que se
guardan en la distancia, éramos flechas distintas que se disparaban en
direcciones opuestas, jugando con el viento simplemente dejamos de ser de aire.
No debimos volver sobre los pasos, la sonrisa ya se apagó, pero nos empeñamos
en encender su hoguera
Cuando nazca el hielo
Nos convertiremos en
acero y cristal
Los barcos no vuelan, solo
navegan sobre el mar. Y la distancia debió ser nuestro camino, no la senda de
los labios. Fuimos libres bajo el cristal, fuimos aire lejos del mar, fuimos
silencio en las cartas. Y las sellamos con los labios, y ampliamos nuestro
horizonte, lejos, muy lejos, el silencio quema como el cristal. Nos escribimos,
nos dimos un horizonte sin pensar, jugando a saltar sobre el cielo mientras
abrazamos una luna llena de versos.
Y apuntamos sobre el
hielo
Somos la roca que se
lanza contra el espejo
Helando todo a su
alrededor
Y gritamos, y saltamos sobre
todo, solo era un castillo sobre el mar, no vimos cómo sus cimientos eran el
acento del más eterno frio. Somos difíciles de comprender, navegando con las
manos pegadas pero en direcciones opuestas. No comprendimos, no supimos, nos
limitamos a escalar el más silencioso volcán olvidando que había debajo. Cuando
contemos los silencios, contaremos aromas de despedida
Toda roca nace del
frio hielo
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