Supongo que volveremos a encontrarnos.
Es algo que silencio, en cada uno
de esos acentos tan y tan escritos. Y aquel calendario, donde dibujamos
sonrisas infinitas, quedó relegado a un simple recuerdo, supongo que siempre
llevaremos la duda, la coma antes de cada palabra, de cada suspiro. Que caminaremos,
eso, eso es algo que ambos sabemos, y lo haremos en caminos separados, al fin y
al cabo, aquellas eran las palabras en las hojas de tu calendario.
Una noche hablé con la luna,
observé viejos edificios que hablan de palabras nuevas, me dicen que ahí, hacía
donde se dibuja el camino a las estrellas, tus pasos son un verso inacabado al
que un día decidimos guardar en silencio. Y desconozco donde quedan tus
caricias, o tus abrazos, es algo que la propia noche, esa en la que tanto he
podido volar, y vuelo pues sigo siendo animal de costumbres de estrellas,
dijeron que bueno, silencio es una palabra que se escribe entre dos pero se va
acentuando con el paso de la gente.
Quizás, solo quizás, algún día
recuerdes mi nombre, es algo que incluso yo mismo desconozco, y curiosamente es
algo que, y esto es algo que sabes, incluso hago conmigo mismo. Y en esos momentos
tú eras cuando gruñías, y que ordenase las palabras, y que pusiera las letras
en el orden que creía, por eso aparte todas aquellas que se reflejaban en mi
propio espejo. Y por eso sé que seguirías gruñéndome pero con la certeza de que
el viento, siempre necesita libertad.
Las hojas de tu calendario
escriben en silencio, y como en muchos árboles, aquellos que un día plantamos
con la certeza de la palabra, aún siguen ahí. Y por eso me aparto, soy
consciente de que la sombra de la poesía escrita en reglones lineales, sigue
estando ahí, allí donde no quedamos nosotros, que comenzamos con aquel árbol.
Supongo que solo será ese silencio que hablaba de ti, hablaba de mí, pero no
hablaba de nosotros, el silencio al fin y al cabo solo es una caricia para el
recuerdo.
Y me gusta sentarme con los pies
colgando del mundo, saltar sobre los conceptos y abrazar mi propio silencio.
Las hojas de tu calendario siguen estando ahí, en cada acento que pusimos junto
a las estrellas, cada una en un universo, y yo volando de galaxia en galaxia,
dejando que un oso panda vuele entre las estrellas. Supongo que si abrazas las
hojas de tu propio calendario, comprenderás el acento en ciertos animales.
Las hojas de tu calendario,
marcaron nuestro propio camino, marcaron nuestro propio universo.
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