La delgada línea


Supongo que es una idea un tanto cruel…nadie dijo que la vida, si es que alguien conoce que significa dicha palabra, fuese fácil. Ni siquiera mis ojos, cuando se cierran para ver, han logrado hacerlo y si alguna vez lo hicieron debía estar dormido.

Si alguien me pregunta, si alguien pone la duda existencial sobre mí, puedo decir que no temo la muerte. Es algo que está ahí, no podemos ocultarlo, forma parte de ti, forma parte de mí. Supongo que en ocasiones me equivoco y pienso en ese concepto abstracto llamado vida y simplemente no dibujo o, como en mi caso, tan siquiera escribo.

Desconozco cuál es el sentido de mi vida y, aunque pueda parecer paradójico ahí soy feliz. Y si lo soy es porque nunca me he preguntado cual es el sentido de la vida pues de hacerlo no estaría disfrutando de los buenos momentos o aprendiendo con aquellos malos a pesar de que esos últimos son los que nos hacen crecer. Supongo que un día me limité a anular cualquier pensamiento abstracto acerca de que es la vida.

Por eso no temo a la muerte, no temo el no estar, e incluso si mirase hacía atrás, donde debía estar quizás no he estado. Todos imaginamos en algún momento de nuestras vidas como sería todo sin nosotros. Es algo que siempre he hecho, y al hacerlo he sentido una total indiferencia, puede ser cruel pero como todo en esta vida, siempre hay un porque.

No le temo al decir adiós para siempre, al fin y al cabo aquello que me hizo crecer, o incluso a detenerme por completo, careció de esa palabra pero no de esa acción tan silenciosa. No le temo al silencio, al fin y al cabo es el, el que me hace escuchar mi propia voz, y al hacerlo recuerdo que no temo al silencio y sobre todo: porque.

No me aterra no estar aquí, contigo, con todos…con nadie. Al fin y al cabo todos, absolutamente todos, un día no estaremos, y cuando eso suceda serán otros los que nos miren hacia atrás. Cuando lo hagan volverá a comenzar el ciclo…una y otra vez.

No temo a la muerte la verdad, es algo de lo que soy consciente. Y no es que piense en decir adiós, más bien todo lo contrario.  Al fin y al cabo jamás entendería la muerte si no es junto con la vida.

No le temo a la muerte porque al fin y al cabo vivo. Y esa es la magia del todo, del cada día aunque también es su parte cruel. Igual que decimos hola también diremos adiós, sea cual sea la forma de hacerlo. No me pregunto qué sucederá mañana, la muerte, al igual que la vida, está ahí y yo soy consciente de ello.

Es por eso que no, lo siento, no le temo a la muerte porque al fin y al cabo me siento vivo...

2 comentarios:

  1. Le tengo mas miedo a una vida demasiado larga, y sentir que todos partieron quedándome sola.

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    1. Quizás te extrañe pero la vida es ese momento el cual no quiere que pensemos en el. Aunque si que hay algo que creo que todos deberíamos hacer...¿Que ves si estás al final del camino y miras hacia atrás?

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