Y me miras:
Me gritas y me arropas en el más
puro sentido. Cierras mi boca con palabras inciertas, con melancolías a dos
silencios, con silencios que son tan tuyos que son ya casi míos. Me miras y me
gritas, y me dices que despierte cuando crees que caigo sin sentido. Me abrazas
en silencio, como si un miedo escapase de tu boca, como si el silencio fuese un
acento del ruido, del ruido del aire, del aire que fuimos, de ese aire que
habla de recuerdo, no de olvido.
Me gritas con furia, con calma,
con los ojos puesto en una ventana sin vida. Me gritas como si tuvieras miedo a
perderte, perderte y caer con mis sentidos. Guardas tu reflejo para hacerlo mío,
y crees, con palabras que son hechos.
Si tienes miedo
Yo seré vacío
Y me ves caminando por una cuerda
sin sentido, tanto con la esencia de mis palabras, tanto como el peso de mis
silencios, esos que te hablan, te miran, y te dicen que sigo vivo. Y como si
quisiera coger aire me asomo a tu luna y respiro, respiro porque siento, porque
siento que sigo vivo. Quizás no a tu manera, quizás no con tu eterno suspiro,
pero a pesar de todo, de los silencios, los abrazos, del ruido, a pesar de
todo, sigo vivo.
Me miras y no dudas, pones
acentos a las estrellas y abrazas el silencio de mis palabras para hacerlos
tuyos. Me escribes entre miradas, entre dudas de universos infinitos a la vez
que, quizás, solo quizás, abstractos en lo menos imaginario. Me miras con tus
pasos para que me detenga, respire fuerte, y salte sobre mi propio camino.
Y me giro, y sonrío, y sin darte
cuenta bato las alas de un ángel negro. Será entonces cuando compruebes como la
parte más opaca de tu propia biografía, dulcemente ha desaparecido. Y al
girarte compruebas como feliz, al verte al fin bien, yo…simplemente me habré
ido.
Solo somos aire…
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