Han pasado pocas primaveras
-He encendido las
horas-
-He apagado los
versos-
He apagado lentamente tu rincón
para volver al techo una vez más. Por eso espero que esta vez la locura no me
olvide mientras describo tu nombre con cada uno de mis acentos. He silenciado
las olas del mar, susurraban en silencio mientras marcha a dormir con el
recuerdo del abrazo más infinito. He escondido los libros en un baúl y he
arrojado la llave hacia tu nombre, cuando vuelvas volveremos a volar.
Quizás te esté
recordando
En cada uno de mis
silencios
Hoy el día amanece gris
¿recuerdas? Fue igual que en tu despedida, solo que hoy, con el viento girado
en mi mejilla, se nota la ausencia de los abrazos. He dejado un mensaje en tu
colchón, bajo los libros más vivos, bajo las miradas menos ausentes. Y mientras
dibujo tu nombre entre bocetos prohibidos, voy componiendo la letra de un verso
que todavía no he escrito. Y mientras voy divagando entre nubes voy recordando
porque el mar es azul.
Y cual el sonido
Del abrazo sobre el pecho
O sobre que horizonte
Nace tu sol
Solo hace pocas primaveras y ya
parece una eternidad. Miro al reloj, una vez más, para no perder la costumbre,
son las horas sin ti. Quizás antes de dormir rompa la distancia que crea el
silencio, quizás, cuando caiga en mi cama, y aunque gruñas a labios cerrados,
siga despierto, una vez más, solo una vez más, y te observe, y te abrace, y me
pierda en tu universo infinito más abstracto. Los abrazos cortos, las
despedidas escritas con letras de imposible ¿y el recuerdo? Dentro, muy dentro,
y firme, muy firme, tan firme que casi podemos tocarlo con las manos. Y
perdernos en el silencio que envuelve nuestra mirada.
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