Tiempo



Tiempo…

Compañero de un viaje en silencio:

Puedes verme igual al igual que puedo sentirte, y agazaparte en tu silencio para hacerte de todos a la vez que ser libre del aire. Dueño de las palabras que no se dicen, pero tan frágil que puedes marchar antes de decir adiós, al fin y al cabo son palabras que nunca tuvimos. Condena de labios cerrados, de cartas no escritas. Sueños que se difuminan hacía atrás en tu vida. Porque cuando caminas, siempre lo haces hacía atrás. Solo nosotros, aquellos que seguimos creyendo estar vivos, somos los que te avanzamos.


Y cuando te vemos de frente

Nos damos cuenta

De estar equivocados


Eres las arrugas en el espejo, el llanto silenciado por no decir, por no abrazar. Eres la distancia de la palabra, lo eres todo a la vez que no eres nada. Eres un gigante difuminado que se escribe con letra pequeña, muy pequeña, pero intensa, muy intensa, tanto que cada uno de tus renglones son kilómetros de palabras, palabras que se borran de tinta en el tiempo pero que permanecen firmes en la memoria. Solo las olas del mar desconocen cuál es tu vida e incluso ellas no son capaces de borrar tu nombre.


Porque dentro de nuestra fragilidad

Tú eres acero

Nosotros simple cristal

Mero y angosto cristal


Aquellas cartas que nunca escribimos, aquellos sueños de los que renegamos, aquellas voces queridas, quizás incluso amadas, que se guardan en nuestro interior.  Ahí permaneces firme, recordándonos a cada instante, pues ese no deja de ser más que tu acento imperecedero, que tú das vida a esos recuerdos que no volverán. Porque mientras tú avanzas en tu vida nosotros queremos ir hacia atrás. Y lo sabemos: no concederás ni un solo instante de tu vida, no puedes apagarte.


Igual que tampoco puede hacerlo

El aire que nos mantienen vivos


Tiempo, silencio de mil voces, de mil recuerdos pero de tan solo un olvido. Vidas que se guardan en silencio y van caminando hacia atrás. Quizás seas fuerte mientras que nosotros no dejamos de ser más que meros reflejos de cristal. Quizás un día olvide tu nombre, y nos perdamos en silencio donde tu vida, nuestra vida, parece detenerse para dar un último suspiro. Y en ese instante dejaremos de tenerte para que ser tu vida en los demás.

0 comentarios: