Huí de todos y de todos
Incluso
Pude huir de mí
Quise apartarme de todos para
perderme entre la gente.
Y gritar tan fuerte que no puedan
oírme, que mi voz quede agazapada entre el griterío de la gente. Subí a la luna
sin apenas llevar equipaje, me senté en un rincón de la luna y compuse mi
propia canción. Solo, rodeado de tanta y tanta gente sin voz. Opté por saltar
sobre las estrellas, nunca estuvieron allí, me asomé a su mirada y solo vi mi
propio cristal. Que quizás cerca es una palabra demasiado lejana, que quizás
voz sea una palabra sin apenas sonido.
Y pensé
Que saltar contra uno
mismo
Debería estar
permitido
Los miré a todos, a cada uno de
ellos, de aquellos de nombre gris y silueta desconocida y decidí saltar. Parte
de un todo a la vez que parte de esa nada. Solo en medio de un montón de gente.
No somos nadie en este universo infinito. No somos más que una voz en medio de
un vacío. Y me aparto, y me coloco de espalda a todos y todo. Y mi canción
hablará de la soledad del verso escrito. Quizás hable de ti, quizás hable de
ti.
La voz
Nuestro silencio
Gente
Multitud
Soledad
Somos muchos a la vez que somos
pocos. Nota tras nota cuanto canciones de frío y soledad. Que el calor humano
es un sueño que nos cuesta hacer realidad. Y en medio de la gente volví a
gritar bien alto, tanto que mi voz fue silencio. Una carta sin remite ni
destinatario, una canción que habla de todos a la vez que nadie. Poco a poco
aumenta la voz de nuestro sonido, volveremos a gritar bien alto para volver a
sentir nuestra soledad entre tanta y tanta gente.
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