La locura de tu silencio



Es extraño

Quizás paradójico

Pues el tiempo

Nunca fue exacto


Dentro, muy dentro, casi donde los latidos se silencian. Y miras con recelo todo cuanto te rodea. Crees que la oscuridad es infinita. Cruelmente te amoldas a ella pero ella no a ti. Quizás creas que tus ojos pueden ver en la oscuridad pero ningún pájaro se acostumbra a esta encerrado. Donde la locura lucha contra la razón guardas tus cartas, tus versos, y esa mirada tan abstracta que se observa siempre al revés.


Si sientes

Es porque sigues vivo

Y nadie

Puede escribir con tus propias líneas

Aquellos bocetos en tu prisión


Guardas tus alas, sientes como lo perdido se refleja en un espejo al que un día le pusiste nombre. ¿Cuántas veces lo habrás echado de menos? Tus manos están cansadas, tus ojos dejan caer tus silencios. Dices ser fuerte, no eterno, solo los poetas más abstractos le escriben cuentos a la eternidad. Y tú sigues ahí, gastando lentamente cada una de las líneas con las que todos escribimos lo más frágil de nuestra vida.


El tiempo no se detendrá

Tu cristal

No es eterno

Pues yo nunca lo fui


Te he escrito una carta, quizás nunca la llegues a ver. Habla sobre lo que fuimos, sobre lo que eres y sobre lo que no quiero ser. Habla sobre ti, sobre mi luz, sobre mi oscuridad. Te miro y no te reconozco, se quién eres y ahora que te despido finalmente se quién soy. O al menos en que parte, pues el cansancio llama a mi mirada, pero sí sé que tu jaula desaparecer en tu mirada. No escribas mi nombre, yo mismo olvidé de qué color es tu mirada. Y mientras te vas apagando voy moviendo mis alas, se está bien fuera de tu prisión.

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