Y por eso, no te echo de menos



Quisiera no echarte de menos.

No quiero imaginarte aquí a mi lado, ni pensar que nos abrazamos mientras el mundo se detiene mientras los dos avanzamos en silencio, como si no quisiéramos despertar la primavera de su aletargado invierno. No quiero imaginar que al abrir los ojos, tu silencio es una caricia sin besos, sin piel, pero cargada de aquellos momentos que simplemente, debimos vivir entre los brazos.

No quiero tener que escribirte, al fin y al cabo solo son palabras que se perderán en algún lugar donde nadie pueda encontrarlas. No quiero tener que llamarte de madrugada, a esas horas en las que los gatos bailan por los tejados y las estrellas caminan por el cielo. No quiero darte palabras escritas, ni en cartas ni en dibujos sobre las nubes. Ni siquiera quiero levantar mi propio lápiz para escribir tu nombre.

No quiero imaginarte, ni pensar que ambos caminamos por el mar mientras la olas, acarician nuestros pies para que seamos un poco más de aire. No quiero dibujarte entre paisajes, entre cuentos, entre cada una de las líneas de nuestro libro más inexacto, No quiero pintarte en cada espejo, ni dibujar tu rostro en cada boceto, ni siquiera quiero darte palabras escritas, no, no quiero nada de eso.

No quiero soñar contigo, ni que me busques en tus sueños mientras nos perdemos en algún lugar del mundo. No quiero contarte las veces que te echo de menos, ni que me digas que me necesitas ahí, a tu lado, como si el tiempo se detuviese para nosotros. No quiero buscarte entre mis sabanas, ni recordar tu aroma o cual es el sabor de tus caricias. No quiero imaginarte, ni perderme por cada verso solo para encontrarte.

No quiero susurrarte desde la luna, desde nuestro universo, no quiero sentarme en un rincón del mundo mientras tú caminas por la luna. No quiero describirte cada uno de los paisajes que me gustaría ver contigo, no quiero añorar tu calor en las noches que hace frío, ni regar las flores mientras espero tu primavera. No quiero tu carta sobre la mesa, ni tu fotografía sobre mis manos.

No, no quiero nada de ello. Pues si me piensas, si me ves, si eres capaz de leerme verás que no quiero imaginarte, ni echarte de menos, ni añorarte, ni siquiera buscarte en cada uno de mis recuerdos.


Simplemente no quiero echarte de menos….porque quiero que estés aquí.

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