Las alas de un mundo mejor



Yo, que un día fui como vosotros…


-Soledad-

-Triste silencio de cartas vacías-


Desde el precipicio conservabais el calor del tiempo perdido, el modo de vivir sin tiempo. Habláis de cambiar aquellos que estaba incompleto. En un mundo invertido, la locura era más que necesaria. Y esta no hablaba, pero se movía, y decía, no contaba.

El sueño de un universo complejo, las manos que se transforman en pies. En ocasiones os costaba caminar. No nacisteis de la indiferencia, no renunciasteis a correr bajo el sol pero preferisteis caminar sobre la luna. Éramos aprendices dentro de un universo que debíamos cambiar.

-Y gritamos-

-Y sentimos-

-Para hacernos más de aire-

Nos contamos las horas, no terminamos nunca de avanzar. Que en las noches más frías, mas era necesarios nuestro calor. No supimos decir no ante el vuelo. Y en ocasiones creímos perder la batalla, no negamos las derrotas, pero por cada sonrisa inocente conseguida, contamos mil victorias.

-Dentro del silencio-

-Se aprecia mejor el calor-

Hace frío en nuestras palabras, nuestras manos guiaron a nuestros pies dando un calor del cual renegamos. Éramos parte de ese silencio, y nuestras manos mostraron caminos, y nuestra soledad marcó cada uno de nuestros acentos. Y gritamos, y sentimos, y comprendimos que el mundo, debía ser un lugar mejor.

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