Fue nuestra mejor despedida…
Supongo que en ocasiones, es
bueno escribirle al cielo, mirar las estrellas y preguntarle al silencio por
todo aquello cuanto hemos perdido. Supongo que en ocasiones va bien sentarse en
el lado menos visible de la luna y dejar que nuestros pies caminen descalzos a
través de las estrella. Supongo que va bien adorar los días de lluvia, y salir
a caminar para que nadie te vea. Supongo que te irá bien escribir mi nombre
pero que mis palabras sean silencio.
Que en ocasiones la locura,
aquella con la que ambos saltamos sobre el mar, se convierte en la más sensata
de las acciones. Que en ocasiones la palabra tiempo, no es más que una leve
despedida dibujada con sonrisa de nostalgia. Que en ocasiones la sombra nos
indica hacia donde nos lleva el camino, y entre los dos este se hizo a la
inversa. Porqué en ocasiones sumar, no significa estar juntos.
Le escribimos cartas al viento, y
ambos observamos la lluvia caer sobre una ciudad que dormía. Despertamos las
horas, apagamos el viento, y aquel día decidimos bailar sobre la luna. Y
contamos cuentos, y abrazamos realidades que fueron sueños. Nos miramos
fijamente, nos hicimos eternos. Escribimos sobre la luna palabras que no dijimos.
Finalmente nuestros cuerpos nos hablaron de despedida.
Supongo que algún día nos reencontraremos,
es algo que ni siquiera yo mismo soy capaz de afirmar, me niego a escribir
palabras firmes en las estrellas. Supongo que algún día, escribiremos aquellas
mismas cartas sobre folios vacíos. Les podremos voz, sonrisas, sueños a media
palabra, pero no caricias. Miraremos hacia atrás, tan lejos, que nuestra voz se
perderá en el tiempo, no quedará nada de aquella primavera tan llena de vida.
En nuestro viaje, llevaremos el
silencio, aquellas palabras que no dijimos, aquellos cuentos que no supimos
finalizar, aquellas caricias que nos supimos disimular. En nuestro camino
nuestro recuerdo será como nuestro silencio: eterno.
Vayas donde vayas, ambos
recordaremos la noche en que bailamos sobre la luna.
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