Que te quiero


Que te quiero…

Esta ciudad ha dejado que tu nombre, solo sea un recuerdo, que las cosas quizás no vayan bien, nadie dijo que volar, fuese fácil, pero juntos, comprendimos que debíamos hacerlo.

Porque estas calles permanecen vacías, y el sonido de tu sonrisa, queda relegado un lugar llamado recuerdo, allí donde tu sonrisa, es eterna. En los parques solo queda la tristeza, y los bancos vacío, porque allí donde tendría que estar tu sonrisa, tan solo queda un instante de soledad. Porque aquellos lugares, donde la vida, cobraba como impuesto la alegría, la gente ya no pasa, el suelo ha dejado de ser un instante sin palabras, para convertirse en un camino gris.

Y quiero tener de nuevos tus abrazos, quiero que de nuevo, vuelvas a mi, porque no hay despedida más triste que la ausencia de tus caricias, el silencio de tus palabras, y la melancolía de tu recuerdo. Quiero volver a escribirte, como siempre, quizás con la luna en lo alto de tu propio universo ¿recuerdas? Allí, podía abrazarte sin que nadie pudiese dejar de volar, porque tu, estabas ahí, en cada rincón de mis palabras, en cada gesto lleno de vida, en cada uno de los acentos


Y ahora
Ya no estás aquí
Marchaste


-Soledad-


Porque te quiero, y eso es algo que sabes, que lo habré escrito en cada gesto de tus palabras. Esta ciudad, este lugar, está mas vacío sin ti. Y solo los versos más tristes caminan por las calles sin ninguna dirección, sabiendo que no estás aquí. Dicen los labios que yo no pronuncian tu nombre, que solo el silencio, es la caricia que recorre tus labios. Que el cielo, ha dejado de ser un lugar infinito, que todo sigue igual, pero todo es tan distinto, que sin ti, los abrazos carecen de nombre.


Y solo queda
Escribirte en cada carta
Para no echarte de menos


Vuelve, esta ciudad te necesita, quizás estemos durmiendo, quizás aguardemos tras la ventana, como apareces con la eternidad anclada en tu sonrisa, y saldremos a abrazarte, saldremos a decirte, cuanto te echamos de menos, cuantas palabras te habremos escrito, y cuantos universos estando cerca, hemos podido valorar. Porque sin ti, esta ciudad ciudad, parece más silencio, menos palabras, y la vida, queda relegada en un rincón.

Porque te quiero, y te quiero a mi lado.

Vuelve, aún te echamos de menos







NOTA DE EDICIÓN

El presente texto, fue enviado a diversos hospitales para animar y recordar a aquellas personas que están en los hospitales, sea de la forma que sea, que fuera, les vamos a estar esperando. Es por eso que, y siendo esta la única carta, con este matiz, si bien es cierto que, como sucede con el resto de textos del presente blog, se puede copiar y aplicando las "normas" del blog, la base debe ser siempre la de animar a gente que esté en centros hospitalarios.

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Volabas, y eras solo silencio...



Has dejado que mi nombre
Solo sea un instante en tu recuerdo.

Has dejado de volar, sobre aquellas palabras que tanto te abrazaban…

Y aún añoro el tacto, de aquellas caricias sin palabras. Quizás me esté haciendo viejo, pero eterno en tu silencio, tanto, que tu voz apenas recuerda mi nombre. Has buscado en tus momentos, aquellas palabras de despedida.


No estaban
Marcharon


Has escrito con tus palabras, en cada uno de tus silencios, cuanto echabas de menos aquellas palabras que daban los buenos días, a una ciudad que me vio marchar. Has abrazado por un instante, aquellos folios, alegres, llenos de una vida que una vez fueron para ti. Y recuerdas cuando por un instante, todo, y todos, parecían sonreír. Has volado hacia aquel instante donde yo, no era más que un sueño, breve, pero tan firme, que podías escribir durante todo una eternidad, y aún y así, no dejarías de hacerlo. Has abrazado con tus lágrimas aquella última palabra, que simplemente, hablaba de querer volar, de sentir como todo, podía cambiar, y nosotros, ser parte de ese universo del que tanto escribíamos.


Y de que aquello
No es más que un presente
Que no me pertenece


Y quizás me eches de menos, eso es algo que soy incapaz de escribir con mis palabras, pues hace líneas, deje de volar hacia ti. Porque esta ciudad, calles que fueron el secreto de algún poeta, aún conservan aquellos besos que, mientras querías dejar de volar, te escribía a cada instante que tus alas, eran el mejor verso que nadie podía escribir. Porque tal vez, solo tal vez, te eche de menos por un instante, y que comprenda, que a pesar de aquellas palabras que no escribimos pero que hicimos nuestras, ambos formamos parte de la eternidad, de aquello que una vez solo, fue un universo.

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La ciudad que dejaste atrás



Y quizás
Desde lo más alto de tu silencio
Hayas dejado mi ciudad al marchar


Y has guardado con tus palabras, las calles de mi ciudad. Que quizás estés dormida, y yo, ya haya marchado, que solo quede el silencio. Porque tu ciudad, ya no me pertenece, has dejado que la primavera, deje paso a una estación gris, de esas que no se escriben, de esas que se definen con cada uno de mis silencios. Que quizás sea tarde cuando despiertes, y dibujes entre mis bocetos, aquellas caricias que quedaron tras la almohada.


Que quizás tus versos
Formen parte de los cuentos prohibidos
De una ciudad
Que simplemente te vio marchar


Las calles dicen que no soy más, que un recuerdo en tu silencio, que han dejado de llegarte las cartas, que te hablaban de querer volar. Dice tu ciudad que todo, permanece en su lugar, allí donde las manos dejaron de contar nubes. Tu ciudad es un verso que guardé en algún lugar, quizás recuerde su nombre, y lo escriba tan solo para mi. Que todo aquello que vivimos, solo es, una línea que no dejó de escribirse.


Y que simplemente
Solo queda tu recuerdo
Y alguna que otra carta por decir


Has abrazado el silencio de tu ciudad, has dejado que los edificios, cuenten historias de poetas, de aquellos de los que yo renegaba, mientras te recitaba algún beso entre los labios. Y de todo aquello, solo queda el recuerdo, unas calles que ya no tienen mi nombre, unos abrazos que no volverán, unos versos que permanecerán, en las vidas de aquellos edificios que me saludaban al anochecer, cuando quería que tu, fueses parte...de aquello que llamo eternidad.

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Aquella mujer que escribía en silencio su universo



Ella era un universo...


Yo tan solo silencio

Y en la distancia escribía, cerca de su propio acento


Y escribía cartas, y canciones, quizás algunas hablaban de la soledad de lo versos, otras, tan solo eran las líneas más tristes de su propio cuerpo. Quizás, tan solo fue un instante en mi vida, uno de esos que acaban siendo parte de un universo que no quise abrazar. Porque ella, era la caricia que añoran los planetas, esos que visitaba en soledad, esos que me describía con cada uno de sus acentos tristes.


Porque ella
Era soledad


Solía decirme sin palabras, donde estaba su propio universo, y que lo alcanzaba con las manos, en cada uno de sus vuelos. Decía que todo era cuestión de mover las alas, pero que la soledad de su propio silencio, una vez dejó de volar. Y se alzó sobre su propio cuerpo, dejando que su universo, aquel que ella misma había abrazado, dejase que su nombre tan solo fuese un recuerdo para aquellos que, una vez tuvieron su nombre entre las palabras.


Porque de la tristeza su cuerpo
Tan solo quedará la distancia de su verso
Porque de sus caricias en letra ausente
Quedará el más bello su universo


Y quedará en algún lugar, quedará como uno de esos versos, que se escriben cuando nadie nos abraza. Su ausencia será parte de la eternidad, como cada una de sus palabras que escribía cuando tan solo quería un abrazo en su propia soledad. Su universo permanecerá, creciendo como lo hace el silencio. Que quizás alguna vez me escriba, y desde mi distancia, añore cada una de sus palabras. Y subiré a su montaña intentando alcanzar su universo.


Pero en la soledad de la palabra
Ella
Simplemente no estará allí


Que quizás solo sea parte de un recuerdo de esos que se escriben mientras la vida, se limita a caminar. Y quizás ella, con su tristeza anclada en cada una de sus letras mientras escribe versos de soledad, siga volando por su propio universo. Que quizás cuando escribamos su nombre, tan solo quedará para de aquel verso, ese que nos escribía en cada uno de esos momentos, en los que no hablaba de poder volar. Una vez ella quiso alcanzar una estrella...y abrazó su eternidad.

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A solas, tus palabras son solo ausencia



A solas


Y el mundo, te abraza con mi silencio…

Tan solo quedarán las hojas más triste de nuestro calendario. Que la voz solo será un recuerdo que nos abrace cuando estemos lejos. Que las cosas simplemente, debían suceder, nadie escribió nuestro verso antes de dormir, nadie dijo que volar, era un instante ten la soledad de tus besos.


Y me siento lejos
Al otro lado de tu silencio


Que cuando despiertes, mis palabras solo serán el recuerdo de un vuelo que supiste comprender. Que quizás mañana, cuando tus caricias busquen en lo más profundo de mis versos, que comprendas, que para siempre, no significa para toda una vida, pero si para toda una eternidad, que no es poca, pero que lo es todo, ahora, que mis manos están lejos de tu propio camino. Porque si me recuerdas, seré solo eso, un recuerdo, quizás breve, quizás tan intenso que puedas vivirme una y otra vez, para toda una vida, que no era para mi.


Que mi recuerdo
Sea solo tu silencio
Y que mis palabras
Sean parte de ese abrazo
Que nunca te pude dar


Quedarán los versos, aquellas cartas que no quise escribirte, pero que guardaba dentro, al lado de aquellas batallas que no te llegué escribir. Quedaré el más tierno de los silencios, porque el recuerdo no más, que vivirme otra vez, pero sin despedidas, estando cerca mientras me alejo, mientras de todo aquello que dijimos, el susurro de tu voz, fue llevándoselo allí donde tus manos, se alejaban de las mías y creíamos ser eternos en el universo.


Porque ahora que no estoy
Tan solo soy parte tu silencio


Y tal vez me recuerdes, por allí, en aquel lugar donde adoraba hacerme pequeño mientras querías volar, allí, tan solo quedarán las letras más tristes de las despedida. Y sin mi voz, tus sueños volarán por aquella luna que quise bajarte mientras me alejaba de ti. Tan solo quedaré en tus palabras, en tu silencio, en aquellas noches en las que despiertos, jugábamos a ser felices, mientras el silencio, nos decía...donde estaba tu eternidad.

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Una noche en mi ciudad



Quizás, solo sea un instante…

Tan breve, que casi puedes sentarte con la luna a tus pies. Y ahí, como si de un susurro se tratase, la ciudad, duerme tranquilamente entre tus manos. Quizás, debía detener por un instante el salto, dejar que las luces de la ciudad, me mostrasen el camino al hogar. Y ser consciente, de que en ocasiones, debes permanecer sentado, en un lado del mundo, mientras todo avanza, y tu, tienes que estar ahí, como de un abrazo sin nombre pero lleno de palabras.

Mi ciudad duerme, todo queda aletargado a un susurro que no lleva nombre. Y le observo desde lejos estando cerca, tan cerca, que con cada una de mis palabras recorro todas sus calles. Quizás en algún lugar, alguien recuerde mi nombre, es algo que no esta echo para mi, que quizás, aquellas olas que añoraba, sigan esperando el regreso a casa, y que quizás, en algún lugar donde no puedas encontrarme, mis palabras hablarán de eternidad. Y me siento de espaldas al cielo, observando en silencio como todo, sigue avanzando, mientras yo, comprendo que por ahora, debo seguir aquí, en un lugar donde nadie pone un nombre.

Y abrazo con la palabras los sueños que no me pertenecen, porque en ocasiones, tal vez en los momentos en los que puedo serlo todo, prefiero abrazar a mi silencio, y quedarme siendo nada. Porque mi ciudad duerme, y rechazo a esos poetas, esos que te dicen que bajarán la luna, y que hablan de añoranza, que escriben en cada acento un conato de melancolía, de esos poetas. Cuando mi ciudad duerme, se convierte en tu ciudad, en la ciudad de aquellos que vuelan, aquellos que claman por una batalla que no, nos pertenece. Y nos hacemos de papel, pero eternos, tanto, que se recuerda el silencio de nuestra voz, no el sonido de nuestras propias batallas.

Porque si algo tiene mi ciudad, ahora que todos duermen, es que puedo sentarme en un lugar en el que nadie pueda abrazarme. Y abrazo mis rodillas, como cuidando de aquello que quise aceptar, y comprendes que en ocasiones, tan solo la soledad es capaz de cerrar aquellas heridas que tienes. Y te alejas de todo, al fin y al cabo es tu ciudad, y en ella, nadie puede encontrarte. Porque aquí, en esta ciudad que tanto conozco, cuando todos duermen yo, me limito a volar.

Y si pudieses abrazar con tus palabras estas calles, estos fragmentos en cada esquina, esos besos prohibidos en portales desconocidos: estoy lejos de casa pero cerca de ningún lugar. Si pudieses abrazar ese silencio cada uno de sus versos, subirías a la montaña, y podrías alcanzar cualquier estrella. Porque cuando duermen y algunos, en la soledad del verso escrito, nos limitamos a volar para decirte, que cualquier cosa, se puede lograr, solo es imposible si no se intenta, y aún y así, ya lo estás intentando. Al fin y al cabo, nadie abraza nuestras palabras.

Abrazado a su silencio recorro todas sus calles, y vivo por un instante, las vidas que dejé atrás, quizás por eso ahora, necesite el silencio de los versos, la soledad de las palabras, y la distancia de un universo que una vez, comprendí que no era para mi pero por el cual, nunca dejé de volar. Porque mi ciudad, al anochecer, es un océano de caminos infinitos, de cuentos de aventuras, de abrazos, y de besos, de caricias y poetas sin versos, pero con palabras.

Quizás desde este lugar del mundo, y ahora que mis pies se mueven en el universo, comprenda, y escriba en cada una de mis palabras, que mi silencio no es más, que una forma de volar sin ti, que al fin y al cabo, todos necesitamos apartarnos por un instante. Con mis alas abiertas, el anochecer me dice que esta, es mi ciudad, y que su distancia no es más, que una carta sin nombre escrita en un papel que nos abraza. Y es por eso que aquí, comprendo porque es parte de todo...de tu eternidad.

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Tus alas de papel



Solo quedan las palabras.


-El silencio ha dejado--
-Parte de nuestro propio camino-


Y me decías que soltase, que solo querías ser parte del mar, yo tan solo quise ser ese momento de tu eternidad que vive en tu recuerdo cuando nadie te ve. Hablábamos de las batallas, de las guerras en las que tu apartabas tu mano de mi propia herida, me decías que no debía volar si no era para mi. Me decías que mis palabras no eran más que una voz que no suena, solo quería ser parte de una eternidad que lentamente, se iba difuminando como estrellas al amanecer.


Decías que solo era cuestión de saltar, tu me pedías un universo, yo simplemente dejarme llevar por las olas del mar, regresando cada día a casa. Y me abrazabas cuando todos dormían antes de dormir, decías que todo estaría bien, que las alas debían detenerse en lejos de una batalla que no dejaba de avanzar. Nos hacíamos eternos en cada instante, y observamos como avanzar, era un gesto de valentía. Decíamos palabras paran abrazarnos con los silencios. Y dejamos que las manos dibujasen horizontes por los que poder caminar.


Era del todo infinito, aquellas palabras que caminaban al amanecer. Tu no eras más que un suspiro en la noche, yo una batalla al otro lado del mar. Que la voz era un salto, de esos que se den cuando todo va bien, hasta que decides marchar, para encontrar en aquellos fragmentos, los versos que hablaban de ti.


Y decidí soltar
Ahora que puedes volar


Soledad, abrazas a cada instante cuando marcho de tu hogar. Quedas en el recuerdo de una batalla que no supe cambiar, quizás tan solo era cuestión de escribir lejos del mar. Ya nada queda excepto el recuerdo, y estás ahí, en cada uno de esos instante en los que la vida, se empeña en llamar recuerdos.


Y te desvaneces
Tan lentamente
Que tu recuerdo solo son
Las letras escritas en un papel


Que solo quedará el recuerdo de todo aquello, que solo quedan alguna palabra guardada en algún cajón, que solo despiertas y queda mi ausencia, que lejos de ti, quizás encuentre la carta que una vez pude escribir. Y queda tu recuerdo efímero suspiro en un cielo que abraza tu ciudad en mi distancia. Que solo queda el saber que tan cerca, me alejo mientras escribes con mis manos, que solo es silencio por mi parte, y cuando vuelvas a casa, compruebes que marche lejos de ti...para toda una eternidad.

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