Volabas, y eras solo silencio...



Has dejado que mi nombre
Solo sea un instante en tu recuerdo.

Has dejado de volar, sobre aquellas palabras que tanto te abrazaban…

Y aún añoro el tacto, de aquellas caricias sin palabras. Quizás me esté haciendo viejo, pero eterno en tu silencio, tanto, que tu voz apenas recuerda mi nombre. Has buscado en tus momentos, aquellas palabras de despedida.


No estaban
Marcharon


Has escrito con tus palabras, en cada uno de tus silencios, cuanto echabas de menos aquellas palabras que daban los buenos días, a una ciudad que me vio marchar. Has abrazado por un instante, aquellos folios, alegres, llenos de una vida que una vez fueron para ti. Y recuerdas cuando por un instante, todo, y todos, parecían sonreír. Has volado hacia aquel instante donde yo, no era más que un sueño, breve, pero tan firme, que podías escribir durante todo una eternidad, y aún y así, no dejarías de hacerlo. Has abrazado con tus lágrimas aquella última palabra, que simplemente, hablaba de querer volar, de sentir como todo, podía cambiar, y nosotros, ser parte de ese universo del que tanto escribíamos.


Y de que aquello
No es más que un presente
Que no me pertenece


Y quizás me eches de menos, eso es algo que soy incapaz de escribir con mis palabras, pues hace líneas, deje de volar hacia ti. Porque esta ciudad, calles que fueron el secreto de algún poeta, aún conservan aquellos besos que, mientras querías dejar de volar, te escribía a cada instante que tus alas, eran el mejor verso que nadie podía escribir. Porque tal vez, solo tal vez, te eche de menos por un instante, y que comprenda, que a pesar de aquellas palabras que no escribimos pero que hicimos nuestras, ambos formamos parte de la eternidad, de aquello que una vez solo, fue un universo.

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