Aquellos seres que rugían



Debería gruñirte

Mirarte a los ojos

Y perderme en tu mirada


Debería decirte te odio, pero si lo hago, también odiaría al cielo y a ese universo que ambos miramos desde el silencio. Debería morderte los labios y perderme en el placer de tu boca, jugar en silencio con el placer de tu mirada, y al ver el amanecer comprobar como un simple gesto clavado en tu sonrisa, puede hacer que cada día salga el sol. Debería describirte a cada verso, a cada instante, a cada palabra que escribo.

Y te miro…

Y te toco…

Y acaricio cada uno de tus besos, y te abrazo, y me pierdo en tu silencio. Se rompe el cristal que nos separa, juntos vamos aprendiendo el significado de la palabra eternidad ¿Cómo no sentirla si tienes el universo anclado en tu mirada?


Gruño

Beso

Sueño, pero despierto…

Y de aquel lobo salvaje de cuerpo invertido queda más bien poco, quizás un oso panda con complejo de murciélago. Porque ahí, en la risa, en la locura, en tus versos, en tus sueños, ahí, donde nos hacemos uno solo, viven nuestros silencios. Y nos lanzamos a los besos, a las caricias, al más bello de los recuerdos.


Y te pienso…

Y te sigo echando de menos



Por eso, solo por eso, te gruño entre tus besos

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La chica con el universo en la mirada



He perdido la cuenta

De en cuantas estrellas te habré dibujado

O en cuantos versos

Me habré perdido en tu nombre


¿Recuerdas?

Solo éramos dos desconocidos, dos palabras sin nombres, sin acentos, un cristal de una sola mirada. Nuestras vidas eran silencios, solo silencios. Un nuevo traje, y la duda en nuestra mirada, solo eran palabras, una abrió el universo. Nunca el arte había sido tan infinito, y en él, entre gruñidos y suspiros, fuimos abriendo el mundo.

Negamos lo evidente, lo más cierto. Y en nuestra mente nuestro recuerdo, se iba haciendo cada vez más y más firme. Y un día el cielo nos miró con su luna llena de vida, y quisimos negar, y quisimos odiarnos de manera tan fuerte que hemos visto que somos un mismo destino.

Es por eso que no hay día que no te eche de menos, hay días en los que me perdería en tus brazos, y te comería a besos mientras te escribo el verso más bello del mundo. Hay días en los que navegaría por tu mirada, y me perdería en ella una y mil veces. Hay días que te mordería el labio y te gruñiría.

Y te quiero, y te adoro y me hago tuyo en cada palabra que escribo. Somos parte de ese universo que tanto admiramos, de ese cielo repleto de estrellas el cual adoramos mirar tumbados. Te adoro en cada gesto, en cada palabra, en cada silencio. Te quiero en cada suspiro, en cada paso, en cada estrella que miro. Te quiero en los días de lluvia, en los días de sol, en tus buenos días, en mis buenas noches, en esos gestos que hemos hecho nuestros.

¿Cómo no echarte de menos si a cada paso que doy mi mente es más tuya que mía? ¿Cómo no quererte si eres parte de ese universo infinito? ¿Cómo no quererte si me has demostrado que la magia de un universo infinito, ha sido capaz de juntar dos almas gemelas? Como decirte te quiero con la más bella palabra del mundo…

Te quiero…te adoro…te necesito.


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Me gustas



Me gustas

Y sobran los acentos

Para un te quiero con palabras


Me gustan tus palabras y me gustan tus silencios. Me gustan tus miradas y tus ojos de universo infinito. Me gustan tus caricias en las noches cuando duermo, y me dices que volemos, y me dices que ahora los sueños son nuestros. Me gustan tus versos y el baile de tus letras, me gusta esa danza con la que se mueven tus acentos. Me gustan tus colores, colores de cielo vivo, me gustan tus estrellas y ese universo tan mío


Me gustas

Sin palabras

Sin acentos


Me gustan tus buenos días, y tus buenas noches. Me gusta lo mal que me has acostumbrado, me gusta esa sonrisa que me dibujas cada mañana. Me gustan tus sueños, esos que quiero ver desde los míos. Me gustan tus pasos hacía un horizonte infinito. Me gusta tu calor cuando solo tengo frio. Me gusta cuando en versos muerdes mi labio y lo haces tuyo. Me gusta el sabor de tus caricias y el calor de tus palabras.


Y te adoro

Y te quiero

Y a cada instante

Danzo más sobre la locura


Me gustan nuestros abrazos y la paz que sentimos al estar juntos. Me gusta cuando al perderme en tus brazos apagamos todas las guerras. Me gusta cuando me sueñas y te despierto aquí a mi lado. Me gustas en cada acento de todas las palabras vivas. Me gustas cuando tu mundo vuelva cerca del mío, y juntos volamos sobre océanos infinitos. Me gusta cuando sonríes y sale el sol sobre tus labios, y al besarte vivo la luna, y te escribo, y te adoro…y te sueño a cada instante.


Te quiero

Sin palabras

Sin acentos


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Las horas sin ti



El tiempo pasa

Y no se detiene


Y solo miro las horas, contando los silencios, escribiendo en cada sueño, cuanto te echo de menos…

Van pasando las horas, y me pierdo a cada letra en un instante de melancolía. Miro al cielo, quizás hoy las horas lluevan a la inversa y nos quedemos anclados en un invierno gris. Las paredes se tornan de acero, los cristales marcan el reflejo de los niños perdidos. Y te escribo, y me pierdo en mi silencio, mientras camino a paso lento, llevándote a cada rincón de mi mente, para hacerlos tuyos, tan tuyos como míos.

Las horas son eternas, y lejos, muy lejos del sol, el tiempo parece eterno sin ti. Y me ahorco en la locura, corro, salto, grito, y cuando caigo, te busco entre mis sueños igual que te busco en mis silencios. Te escribo una carta, quizás la lluvia te recuerde, que sigo odiando el sol pero que adoro perderme en tu mirada, esa que mira un horizonte infinito.


Y me ahogo en el olvido

De los proyectos vivos


Quizás esté loco, sabes que nunca fui apto para la cordura, quizás cada una de mis palabras, y mis acentos, lleven tu nombre escrito. Quizás te esté echando de menos como siempre hago, siempre que tu voz se vuelve silencio. Quizás, solo quizás, haya perdido las estrellas ahora que no estás aquí, y las busco entre mis manos sabiendo que están entre tus versos, entre mirada infinita, en tu verso bien vivo.

Vive tu recuerdo tan dentro del mío que casi puedo tocarlo, y morder del labio del recuerdo prohibido, y perdernos en la locura, en la noche, en el día, y colgarnos boca abajo para dejar, que esa parte de nosotros llamada locura, juegue con los labios y viva en lo sueños.

Y simplemente te añoro sin más, y simplemente te echaba tanto de menos.

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Cuéntame con tu silencio



Cuéntame en silencio

Que camino describen tus ojos


Encadéname a tu silencio, hazme tuyo en tu recuerdo, no en la voz, los sueños no viven en el ruido. Y si nos perdemos en la locura, quemaremos mil versos hasta que se apague el sol, y juntos, escribiremos mil canciones sobre el mar.

La locura no es más que un escudo entre los dos. Y pensamos en silencio, siempre en silencio, como si no quisiéramos romper las horas que nos unen ni los silencios que nos separan. Me miras y me pierdo en el subconsciente, no hay guerra cuando se escriben versos para que esa sonrisa de media luna, viva con la fuerza de tu voz.

Dejaremos los sueños en nuestras manos, y ambos crearemos mundos separados. Tinta, papel, eternidad, y en medio tú y yo, en caminos separados pero con la mirada tan fija, que casi podemos ser eternos y volar más allá de la soledad.

Horas, son horas, y pasan las noches sin ti, pasan tus días sin mí, solo es un ápice más de la locura. Solo es un silencio que no decimos, que callamos, y silenciamos en miradas que no vemos, pero que sentimos. Y nos abrazamos en nuestro silencio, y nos giramos contra el mundo para enseñarles nuestros dientes, gritamos contra todo y contra todos siendo uno.


Porque tú eres la voz

Del más cálido de los silencios


Que creo, pues ahí donde residen los sueños, también reside la locura, el problema no es que piense en ti, el problema es que no deje de hacerlo. Y ahí, me lanzo contra mi espejo, y me rompo en mil pedazos, y así me siento libre. Tus sueños son mi sonrisa, la ausencia del ruido, el placer de los pasos recorridos, la certeza de verte en lo alto de tu montaña soñada, y yo ahí, desde abajo, alejándome con la voz mientras te abrazo con  la mirada.


Y si nos lanzamos a la locura
Que seas tú quien lleve mis alas

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Dulce locura




Como decirte que te adoro en mí silencio

Como decirte que te escribo entre mis versos

Como decirte

Como no echarte de menos

Si cada palabra que tengo es tuya


Y que tus ojos son dos estrellas que bailan alrededor de un sueño infinito. Como decirte que las horas son eternas, y la ausencia es un puñal que se clava dentro, muy adentro, y me hacen mirar las horas como si estas no pasaran. Como si tu despedida fuese un invierno aletargado.

Te odio a cada palabra, a cada silencio, a cada segundo que pasa y me haces sentirme vivo. Te odio en cada acento, en cada letra escrita, te odio en mis noches, en mis días, en cada uno de esos pensamientos que no son pocos, pero que son tan tuyos como míos.

No pedí tiempo, no pedí sueños, y sin embargo te has convertido en el mío. Odio las distancia, el silencio, y odio las horas que me faltan por no estar a tu lado.  Subido en mi locura tus ojos llegaron a mi día, y ninguno voló, y nadie dijo que camino nos llevaba al paraíso. Nuestro pasos se cruzaron ¿recuerdas? Solo era un breve suspiro, un grito de locura, un paisaje desconocido.

Déjame que te hable de mi silencio que ahora es tan tuyo como mío. Déjame que vea como tus sueños, esos que tanto anhelo, esos que tanto dibujas con el placer de tu sonrisa. Déjame que camine por el lado tranquilo de tus sueños, y te abrace, y me pierda en tu silencio, y saltemos de ese mundo que tanto odiamos.

Son las horas tu camino en mi mente, y recorro a cada paso cada una de tus miradas. Y me pierdo al salir el sol y simplemente reconozco…que quizás te eche de menos, como cada día, como cada hora, como cada verso de mi boca. Y mis ojos te buscan a cada instante, y te encuentran a cada sueño mientras sigo despierto.

Y supongo que estaré loco, y supongo que mientras escribo te pienso, supongo que mientras camine, sin importar el camino, tu esté ahí conmigo…


Quizás esté loco

Pero al pensarte me siento vivo


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El lugar al que pertenecen los sueños



Es algo que siempre me he preguntado…

Y quizás, en esa paradoja dentro la locura, quizás en ese mundo invertido en el que las cosas van bien, o al menos realmente se lucha por ello. Es por eso que, y siempre bajo un manto de estrellas perpetuo, es hora de abrir los ojos y pensar que incluso con nuestra mirada despierta, si somos capaces de soñar, al fin y al cabo es algo que todos, deberíamos hacer, es algo que yo siempre hago y por eso, adoro jugar con la locura, las cosas simplemente…deberían ir bien.

Es por eso que aborrezco a aquellos no sueñan, a los se niegan a volar. Quizás no nos dieron alas para volar como las aves, pero si nos dieron pies para no dejar de caminar, y nos dieron manos para no dejar de crear. Y del mismo modo, nos dieron sueños para no dejar de soñar. Adoro soñar y sentirme vivo, y lograr todos mis objetivos, y alcanzar todas aquellas metas que residen en mis sueños, y mostrando de nuevo la locura, adoro soñar para los demás, y construir sus sueños en lo que deberían ser: una realidad.

Adoro tumbarme en el suelo, da igual el lugar, y mirar al cielo y soñar que somos capaces de alcanzar las estrellas, que somos capaces de navegar por cualquier más. Adoro pensar que aún puede escribirse el libro más bonito del mundo aunque creo que ese, se llama vida, y se escribe cada día con la tinta de nuestros sueños. Adoro pensar que somos capaces de crear el gesto más bello del mundo, adoro pensar que los sueños nos hacen libres.

Y en ocasiones escribo, es algo que nunca he dejado de hacer, y poco a poco voy recorriendo cada rincón de mi propio sueño. Supongo que es algo que todos, absolutamente todos, deberíamos hacer. Al fin y al cabo si nos preguntásemos a qué lado quedan los sueños, la respuesta es clara: dentro de la realidad. Porque si no soñamos no somos libres y ¿Qué es la vida sin libertad? Y supongo que la voz más sensata, aquella que nos encadena a la cordura nos dirá que nadie es libre, que todos estamos encadenados algo. Señoras, señores, debo darles la razón: estoy encadenado a los sueños…y ahí realmente soy libre.

Por eso, solo por eso, los sueños quedan al lado de la realidad. Porque los sueños tienen esa magia que hace que todo aquello que soñamos, todo aquello que deseamos, y que dibujamos en nuestra mente y acariciamos con una sonrisa, se hace realidad…al fin y al cabo es la esencia de la realidad: no existiría sin los sueños y estos no existirían sin nuestras ganas de soñar. Somos libres en nuestros sueños y estos nos hacen saber que ellos también son realidad.


Adoro ponerme boca abajo en el mundo…y saber que los sueños son solo realidad.

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Un breve abrazo en tu eternidad




Saltamos sobre los clavos

De un mundo imperfecto


Hablemos de la sal, que trae el hombre a la tierra…

Y contemos las veces que quisimos escapar a la locura dentro de un mundo cruel. Contemos las veces que deseamos arder en la hoguera levantada con cenizas de realidad. Y podíamos renacer, pero nuestros pies solo caminaban por los pétalos de unas flores que nunca dejaron crecer. Apuntamos con la palabra a quienes nos apuntaban con la indiferencia. Alguien disparó, y saltaron las ideas, se llenaron los charcos de la ciudad de falsas esperanza.

Volvimos a girar la mirada ante un mundo que rechazamos, cuando las cosas iban mal para todos, el camino fácil era girar la mirada y no ver, no decir, y dejar que las ideas para mejorar las cosas, cayesen presas del silencio. Que todos hablan, que todos opinan, pero que pocos se mueven pues el pensamiento individual sigue escribiéndose con letras de cruel egoísmo. Y si algo cambia, todos saltan, todos ríen, nadie agacha la mirada.


Derrumbaron todo

Para dejar nada

Y señalar con rabia

A los que se atrevían a soñar


Recibimos mil golpes, la sangre en soledad fue nuestro camino. No nos importó arrancar nuestra piel al cuidar de la rosa que nacía. Solo era un gesto para un puñado de tierra mojada y sin apenas esperanza, mañana será un oasis jardín donde las cosas vayan bien y la gente pueda ser libre y no tener miedo. Y dejaremos de estar cuerdos para seguir estando locos, y seguir caminando sobre los charcos que queden sobre la ciudad.


Encenderemos la noche

Y apagaremos las estrellas

Le daremos vida

A un planeta que quisieron negar


Y odiamos la gente gris, los pasos invertidos que incendia el razonamiento más humano. Resistiremos los embistes de la ignorancia, y escribiremos un verso sobre la tierra, hundiremos nuestros reflejos con la fuerza que tuvieron nuestros sueños. Y aunque quieran apagar el cielo con el silencio, encenderemos una luz en medio de la oscuridad. Nuestro poema hablará de la rabia que sentimos ante el silencio, de las nubes de lluvia que dejamos escapar, y de aquello que quisimos cambiar…cuando todo era distinto.


Y al volar sobre los cambios

Veremos que al fin somos libres

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Quien salta



Miramos hacia abajo

Y lanzamos piedras de libertad

Al cristal del oscuro vacío


Dejamos que nuestros pies caminasen por aquel alambre tan fino que pusieron para que fuésemos incapaces de pensar. Y fuimos libres, no dudamos, ni navegamos en el mar de la confusión. Luchando contra nuestros fantasmas ganamos la batalla a las cadenas de la libertad. Fuimos los cuerdos en los días de la locura y los locos cuando nadie quería saltar, y afrontar, y obedecer, a insensatez de un camino opaco que no estaba hecho para nosotros.


Es por eso que debemos preguntarnos

Quien

Quien saltará ahora

Si somos libres en la locura


No escribieron nuestro camino, tan solo su sendero era de arena y sal. Nos tacharon de locos, de absurdos, de correr sin sentido por un camino que eran incapaces de ver. No negamos los días grises, todos los tuvimos, todos fuimos personas de humo y cenizas. Pero conocíamos aquel alambre que separaba lo sueños de la realidad, y aprendimos a caminar sobre el con nuestros pies descalzos, sintiendo como la piel era un verso poco conocido.


Ya nadie quiere saltar

Al otro lado del vacío

Por eso nos preguntamos quien

Quien lo hará


No nacimos para la cordura, ni para realizar el mismo camino unía y otra vez. No quisimos seguir la senda de aquella gente gris que nos intentó mostrar solo un camino recto. Nos quedamos aquí, en el alambre que hicimos nuestro camino. La libertad no entiende de saltos hacia el vacío, si de saltos hacia la realidad. Por eso nosotros nos hicimos fuertes sobre ese alambre, fino pero tan firme que pudimos hacer nuestro camino sobre él.


Y fuimos libres
Ya nadie salta
Ya nadie salta hacía el vacío

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Tu soledad



Quizás quisiste gritar

Todo iba mal

Y las ganas de volar

Cegaron tus más sinceros versos


Caminaste frente al mar, frente a la sal, entre el silencio de tus heridas y la voz de tu propia soledad. Creías que las cosas podrían cambiar, todos odiamos con fuerza un mundo que no nos pertenece. Y escribiste una canción, solo para ti, y la volviste a escuchar, una y otra vez hasta que tus ojos fueron un sendero repleto de sentimientos, y tu voz en un silencio que nadie quiso escuchar. Más allá de tu sonrisa tu universo es de cristal.


Quizás por eso me llames loco

Mientras empujo ese universo

Que tanto odiamos


Y nos comemos a ideas mientras nos desdibujamos en la cordura. Ante un espejo de cristal tus ojos guardan muchos silencios. Guardas la voz, el mundo, ese que tanto odias, solo ve tu sonrisa, las alas no se mueven para ti, decidiste dejar de volar sobre aquello que no podías comprender. Y jugar con las cartas boca abajo, y te pierdes en medio de la multitud. Escribes en silencio y en mil noches sin dormir, dicen las estrellas que esta noche volverán a escuchar tu lamento.


Y en la distancia

Me asomo a la venta

A ver tu vida pasar

Y darte el pincel

Con el que yo borré mis días


El abrazo de la soledad, el mar ante tus ojos. Y te asomas al vacío, la sonrisa no nace allí donde no hay sueños. Pero la gente sueña y tú prefieres seguir despierta, odiando un mundo de puertas cerradas, sueños prohibidos y los versos más tristes jamás escritos. Has leído en tu diario la palabra vida, y a tu mente viene de nuevo una canción que habla de la soledad de las olas. Y esta vez esperaras a que las olas escuchen tu lamento.

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Adoro tu silencio...



En el mar de la calma

Tu silencio

Navega siempre con el mío


Es tu boca un verso apagado que hace ruido cuando anochece. Son tus labios dos lunas que se alcanzan desde lejos, y se pierden en el mar infinito por el que navegan las estrellas. Tus ojos son dos caminos que me llevan a la melancolía, y me pierdo, y me hago un poco más frágil, como si me dibujases en una hoja y ser parte del viento. Tu cuerpo es un oasis donde mis versos quedan prohibidos, y me pierdo, hasta encontrarme, en el más opaco de los sentidos.


Adoro tu silencio

Porque es tan tuyo

Que es casi mío


Adoro la ausencia, el verso no escrito, el lamento no silenciado. Y me callo con tu boca, y me acurruco en el olvido, y ahí, donde el mundo no puede verme y tu voz no me toca, me siento libre pero preso de mí mismo. Adoro esa ausencia que grita desde el cielo, y me cierras la boca con un solo suspiro, y salgo corriendo, hacia la nada, hacía el vacío, buscando las cadenas que me aten a la libertad de tu silencio.


Abrazo silencio

Para caer en el olvido

Seremos libres

Cuando se rompa la voz

Y juntos

Apaguemos las estrellas


Adoro ese silencio que escucho de tu boca marchita. Adoro tus pasos, tus pasos hacia el silencio más vivos, y te noto ausente mientras te alejas en cada noche. Y te pierdo, y me acerco más a mí mismo. Y comprendo la locura en cada uno de mis versos, apagando en cada llama el más vivo de los recuerdo. Dibujemos en las nubes la distancia y el olvido, apaguemos en una estrella los cuentos más imperfectos, y las páginas de un libro, más ausente que vivo.


Adoro tu silencio

Porque ya es casi mío

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El silencio inerte



De aquel todo

Queda la nada


-Reflejos-


Y cierro los ojos para pelearme con todos los charcos. Voy pisando los cristales rotos de la luna, sin importarme las cicatrices que pudiesen quedar. No importó las veces que me alejase del sol, ni cuantas rosas pudiese dejar marchitar en el edén del silencio. No importaron los muros de fuego y cenizas contra los que dejé chocar mi cuerpo. Inerte ante la duda las espinas siempre se clavaron hacía adentro, y empujé, y arrastré, cada pedazo de piel, para alejarme de la roca y besar a las estrellas.


Perdido

En el camino recto

Mientras dibujo mi propio sendero


No importaron las noches, ni los días, ni cuantas gotas de lluvia dejé caer bajo mis pies. No hay vuelta atrás si se salta hacia adelante para alejarse de las rocas. El reloj no marca las horas y las sombras bailan en silencio. La gente duerme, despiertan los sueños, y golpeo con mis horas las manecillas de un tiempo imperfecto. Y me despierto dolorido, con los sueños cansados, opacos de crueles realidades que no son de nadie, pero que a su vez son de todos.


Y el lado inverso de la luna

Allí donde nadie mira

Golpeo con furia mi propio relejo


Gritas, quizás el silencio puede escucharte más allá del sol. Y las horas se marchitan, y el tiempo avanza, y los versos no se escriben, ni te describen, ni siquiera te apuntan con el dedo disparando para ahogar todos tus sueños. El vuelo es sin motor, por un cielo infinito en el que no entra la luz. Y te girarás con cada luna descrita, te girarás por un instante, como si fuese simple inercia, y gritarás con toda tu rabia, hasta que tu voz solo sea silencio.

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