Un breve abrazo en tu eternidad




Saltamos sobre los clavos

De un mundo imperfecto


Hablemos de la sal, que trae el hombre a la tierra…

Y contemos las veces que quisimos escapar a la locura dentro de un mundo cruel. Contemos las veces que deseamos arder en la hoguera levantada con cenizas de realidad. Y podíamos renacer, pero nuestros pies solo caminaban por los pétalos de unas flores que nunca dejaron crecer. Apuntamos con la palabra a quienes nos apuntaban con la indiferencia. Alguien disparó, y saltaron las ideas, se llenaron los charcos de la ciudad de falsas esperanza.

Volvimos a girar la mirada ante un mundo que rechazamos, cuando las cosas iban mal para todos, el camino fácil era girar la mirada y no ver, no decir, y dejar que las ideas para mejorar las cosas, cayesen presas del silencio. Que todos hablan, que todos opinan, pero que pocos se mueven pues el pensamiento individual sigue escribiéndose con letras de cruel egoísmo. Y si algo cambia, todos saltan, todos ríen, nadie agacha la mirada.


Derrumbaron todo

Para dejar nada

Y señalar con rabia

A los que se atrevían a soñar


Recibimos mil golpes, la sangre en soledad fue nuestro camino. No nos importó arrancar nuestra piel al cuidar de la rosa que nacía. Solo era un gesto para un puñado de tierra mojada y sin apenas esperanza, mañana será un oasis jardín donde las cosas vayan bien y la gente pueda ser libre y no tener miedo. Y dejaremos de estar cuerdos para seguir estando locos, y seguir caminando sobre los charcos que queden sobre la ciudad.


Encenderemos la noche

Y apagaremos las estrellas

Le daremos vida

A un planeta que quisieron negar


Y odiamos la gente gris, los pasos invertidos que incendia el razonamiento más humano. Resistiremos los embistes de la ignorancia, y escribiremos un verso sobre la tierra, hundiremos nuestros reflejos con la fuerza que tuvieron nuestros sueños. Y aunque quieran apagar el cielo con el silencio, encenderemos una luz en medio de la oscuridad. Nuestro poema hablará de la rabia que sentimos ante el silencio, de las nubes de lluvia que dejamos escapar, y de aquello que quisimos cambiar…cuando todo era distinto.


Y al volar sobre los cambios

Veremos que al fin somos libres

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