Es algo que siempre me he preguntado…
Y quizás, en esa paradoja dentro
la locura, quizás en ese mundo invertido en el que las cosas van bien, o al
menos realmente se lucha por ello. Es por eso que, y siempre bajo un manto de
estrellas perpetuo, es hora de abrir los ojos y pensar que incluso con nuestra
mirada despierta, si somos capaces de soñar, al fin y al cabo es algo que
todos, deberíamos hacer, es algo que yo siempre hago y por eso, adoro jugar con
la locura, las cosas simplemente…deberían ir bien.
Es por eso que aborrezco a
aquellos no sueñan, a los se niegan a volar. Quizás no nos dieron alas para
volar como las aves, pero si nos dieron pies para no dejar de caminar, y nos
dieron manos para no dejar de crear. Y del mismo modo, nos dieron sueños para no
dejar de soñar. Adoro soñar y sentirme vivo, y lograr todos mis objetivos, y
alcanzar todas aquellas metas que residen en mis sueños, y mostrando de nuevo
la locura, adoro soñar para los demás, y construir sus sueños en lo que
deberían ser: una realidad.
Adoro tumbarme en el suelo, da
igual el lugar, y mirar al cielo y soñar que somos capaces de alcanzar las
estrellas, que somos capaces de navegar por cualquier más. Adoro pensar que aún
puede escribirse el libro más bonito del mundo aunque creo que ese, se llama
vida, y se escribe cada día con la tinta de nuestros sueños. Adoro pensar que
somos capaces de crear el gesto más bello del mundo, adoro pensar que los
sueños nos hacen libres.
Y en ocasiones escribo, es algo
que nunca he dejado de hacer, y poco a poco voy recorriendo cada rincón de mi
propio sueño. Supongo que es algo que todos, absolutamente todos, deberíamos
hacer. Al fin y al cabo si nos preguntásemos a qué lado quedan los sueños, la
respuesta es clara: dentro de la realidad. Porque si no soñamos no somos libres
y ¿Qué es la vida sin libertad? Y supongo que la voz más sensata, aquella que
nos encadena a la cordura nos dirá que nadie es libre, que todos estamos
encadenados algo. Señoras, señores, debo darles la razón: estoy encadenado a
los sueños…y ahí realmente soy libre.
Por eso, solo por eso, los sueños
quedan al lado de la realidad. Porque los sueños tienen esa magia que hace que
todo aquello que soñamos, todo aquello que deseamos, y que dibujamos en nuestra
mente y acariciamos con una sonrisa, se hace realidad…al fin y al cabo es la
esencia de la realidad: no existiría sin los sueños y estos no existirían sin
nuestras ganas de soñar. Somos libres en nuestros sueños y estos nos hacen
saber que ellos también son realidad.
Adoro ponerme boca abajo en el
mundo…y saber que los sueños son solo realidad.
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