La condena del labio




Frente a frente

Tú ante mí

Yo ante tu silencio


Lancémonos a la locura

Muérdeme la boca como si en mis labios se hayase tu deseo más prohibido. Arráncame esos versos de Neruda que nos prometimos entre silencios ajenos. Lánzame hacia tus sueños, quizás lo mejor sea viajar hacia la locura más inexacta. Y si me besas alcanzaré tu cielo para romper los cuentos prohibidos, las letras que no dijimos. Y ahora lo es todo, y el todo se convierte en silencio para anclarse en los labios.


Y perdernos en la eternidad

De la mirada

Y besarnos

Hasta que salga el sol


He amanecido en tu almohada, sigo siendo esa parte del silencio a la que al comienzo llamamos locura. Callamos, no dijimos y en silencio nuestros labios hablaron. Se fueron las dudas más complejas, los poetas más inexactos, la caricia más tierna. Nos sentamos en las nubes, frente a la luna, en un lugar donde nadie pueda alcanzarnos. Nos perdimos, y gritamos en silencio juntando los labios en el deseo del instinto más cercano.


Hemos alcanzado la luna

Caminando por las estrellas



-Eternidad-



Dirán que estamos locos

Por soñar entre las nubes

Por perdernos en los ojos

Y hacernos cada vez más eternos


Te he escrito un verso, quizás no sea el poema más largo del mundo. Y dice que te añora, que te abraza en silencio y que se despierta entre tus brazos. Lo firma la locura, y ella vive en nuestros labios, saltamos hacía ella dejando atrás la cordura. Dejamos que los sueños hablen, digan y susurren cuentos prohibidos. He amanecido en tu la caricia más dulce de tu mirada, palabra tras palabra, verso tras verso. Y en cada uno de los sueños el abrazo más eterno.

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