El silencio de última rosa gris



Has gritado

En silencio

Siempre en silencio


Se olvidaron todas las rosas en un invierno eterno, la lluvia no ha borrado los charcos en los que rompiste tu reflejo. Caminas por el lado menos visible de la vida, solo la ceguera nos hizo ver que estábamos equivocados.  Olvidaste tus alas al saltar, invierno, y el desequilibrio de las olas. Arrasaste con todo en el más absoluto de los silencios, no era tu voz la que gritaron más allá del sol. Solo eran bocetos con líneas difuminadas.


Y observas el mar

Solo quieres saltar sobre el

Romper los mil fragmentos

Que no pudiste recomponer


Quedan años en el vacío, las palabras se han transformado en silencio. Y sigues soportando los golpes, uno tras otro, sin preguntarte cuando vas a caer.  Acaricias la última rosa que quedó en tu jardín, sus pétalos son alargados, casi perfectos, la dulce calma de la soledad. Frio en la calle, arde tu silencio a cada paso, las manos en los bolsillos, ya nada que esperar. Subes a mil precipicios y cuentas las veces que quisiste saltar


Una última rosa

Solo una más

La voz no entiende de silencios


Las heridas quedarán adormecidas bajo la piel, clavarás tus propias espinas, pero en silencio, como siempre. Y una vez más caminarás por unas calles de cristales rotos que tienen nombre desconocidos. De tu sangre solo manará el silencio de una última rosa, firme, fuerte, y con mil palabras escritas para volar. Un invierno para siempre, unos pasos conocidos, que duelen, pero que escriben mil fragmentos de vida para volar.

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