Y que la palabra
Solo era un instante
de silencio
Que acabó siendo
eterna
Simplemente eran cartas, de esas
que se escriben, pero no se echan, de esas que nos dicen que somos, o
simplemente que sentimos, pero que guardamos en una palabra, que permanece
entre papeles, que acaban formando parte de nuestra vida. Que quizás, solamente
seamos libres a la hora de dejar, que nuestras manos sean nuestras palabras, y
que siempre, queda algún silencio tras el remitente. Supongo que es una forman
de vivir, de aquellas que se recuerda, de esas que se añoran, de esas en las
que la vida, cobra un sentido algo más poético dentro de nuestro propio camino.
Y me dices
Que sin ellas
Apenas pude mover las
alas
Y me dices
Y me cuentas
Que es la vida
Dentro de tu pedazo
de papel
Y en ocasiones, te escribo desde
dentro, desde un lugar donde las palabras me conocen y me describen con cada
acento. Es por eso que te guardo, en silencio, con cada una de las palabras que
al volar, se convierten en el silencio del verso. Y te abrazo lentamente
mientras te escribo en cada acento, y te beso en cada espacio, y te añoro en
cada verso. Y mover mi propio universo para acercarlo al tuyo, que al fin y al
cabo son las palabras, las que van acercando el propio universo, ese de las
caricias, ese de la distancia que nos abraza desde dentro.
Y ser eternos,
Más allá de la
palabra
Más allá de nosotros
mismos
Escribir cada palabra como si mis
silencios, buscasen cada uno de tus abrazos. Ser consciente de la realidad de
tu universo, ese que nos separa estando junto, ese que nos escribe, en cada una
de las líneas de su propio verso, ese que nos abraza en cada uno de sus
silencios. Y las palabras nos acercan estando lejos, por esos las escribimos en
una carta que guardamos en silencio, para no echarnos de menos, cuando estemos
lejos. Y ahí, en algún lugar de tu verso infinito, ahí es donde simplemente
sucede que somos parte de un mismo…universo.
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