Y al sentarme en la luna, te
escribí en cada silencio.
Anochece, la luna baila sin ti, y
he sido amante de unas letras que no te dije, de unas palabras que no te
expresé, de unas batallas que no te quise mostrar. Y a pesar de todo, no dejé
de volar, quizás solo fue un salto, una palabra, una caricia cuando el viento
quería volar y yo simplemente, me apartaba de todas aquellas palabras que solo
eran parte del silencio que te abrazaba en la luna sobre la que dormías.
Y caminé
Y volé
Y fui libre
Con mis propias
cadenas
Y me aferré a ellas, y tú no
estabas ahí, quizás solo estaban las ausencias, y las caricias a aquellas
palabras que forman parte de nuestro propio silencio. Las palabras eran
caricias que se guardaban en algún cajón, la soledad del verso, de aquello que
fue parte de un universo infinito, de
todas aquellas palabras que simplemente permanecen en la distancia. Y
escribimos en silencio todas nuestras palabras.
Soledad
Silencio
Y algún que otro
verso
Los caminos marcan el silencio de
la palabra, y al escribirte, regreso a cada uno de tus silencios. Y abrazo al
minimalismo más abstracto, y acaricio las cadenas de mis propias batallas. Y
caminas, en mi ausencia, y simplemente decido volar, decido crecer en aquellas
batallas, allí donde era libre, allí donde las palabras, se escriben en un
universo infinito, allí donde tu bailas sobre la luna, y yo escribo en un
universo infinito.
Y allí, simplemente puedo volar.
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