Supongo que aún, no hemos
alcanzado el horizonte…
Que nos preguntamos, allí donde
reside la duda en el más suave de los silencios, en qué lado del mundo, queda
el secreto de nuestros sueños. Y jugamos con osos panda, con peluches de gran
tamaño, con palabras que se tornan infinitas, y a cambio, nos hacemos más
pequeños, casi como de aire, como si fuésemos un suspiro en medio de un verso.
Y nos sentamos boca
abajo
Para no hacer ruido
Y decirlo todo
Con cada uno de
nuestros silencios
Abrazamos la palabra, la hacemos
nuestra, y por un instante, podemos sentir como el universo, se detiene por un
instante para que podamos saltar y jugar sobre las estrellas, pues cuando salga
la luna ambos dormiremos en ella. Nos preguntamos si esa es la dirección
correcta, si es ese camino hacia el que gira el mundo, el que nosotros
entendemos como cordura, pues de ser así, hace lunas que dejamos de estar
cuerdos
¡Arriba la locura!
Que abraza nuestros
sueños
Quizás nos hagamos de piedra, al
fin y al cabo todo origen, tiene una palabra escrita. Y allí donde seamos
eternos, allí donde las palabras se guardan en silencio, sonreiremos ante todo,
y seremos esa gota de una lluvia que escribe nuestros versos. Y volveremos a
jugar a ser gigantes siendo solo eso, algo más pequeños, pero infinitos.
Eternos
Dentro de nuestro
propio universo
Y al abrazar la luna,
escribiremos cada uno de nuestros versos.
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