Supongo que es
difícil volver
A un lugar donde dejé
tú recuerdo
Al que siempre llamé
silencio
Y me perdí…
Simplemente me alejé por aquellas
calles que no eran mías mientras iba quemando la luna a cada paso. Te escribía
desde lejos al tener cerca el silencio de tu voz. Y despertabas, y me buscabas,
pero no había respuesta. Preguntaba que sucedía cuando a los libros más humanos
le escribían un hasta siempre. Si me fui era por tu voz, para buscarte en la
soledad de los abrazos, para buscarte donde el tiempo se detenía.
Te busqué
Y escuché
El silencio de tu voz
Y quemamos las hojas de nuestra
propia historia, quizás negué recoger mis propias cenizas, y dejé que el viento
arrastrase los lamentos convirtiéndome aquella lluvia fría y gris. No hay lugar
en tu nombre, ni tus palabras en mis pasos. Caminé, y me fui. Me acerqué a ti
para echarte de menos, y en tus brazos te sentía lejos, pero tan cerca que
decidí marchar. No estabas, no estuve, nadie subió a la luna para nosotros,
nadie dibujo rosas rojas en un jardín blanco y azul.
Y si me vuelvo loco
Será porque me aboco
al vacío
Al eco de los
recuerdos rotos
Al sonido de tus
manos sobre la tierra
Borrando las letras
prohibidas
Y te sentía cerca, ahogándome en
cada recuerdo para que mis manos no se detuviesen. Y entre tanta letra esculpí
mis miedos, y me encerré en ellos. No estabas ahí, no estabas aquí. Cuando tu
voz faltaba el recuerdo solo era una despedida más. Y cuando estabas cerca no
eras más que un suspiro. Estuve escribiéndole cartas a la luna para encontrar
tus palabras. Cuando miremos al cielo seremos más distancia, más olvido vivo.
Que los árboles de una primavera no guarden la sombra de la eternidad, que si
tú vas…yo ya no estaré ahí.
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