Que nunca dejamos que las puertas
Se cierren
Pues si algunas vez escribiste primavera
Yo me limité a buscar la sombra bajo mi propio silencio
Y quizás esté equivocado.
Al fin y al cabo, es la única manera que tengo de hacerlo. He regresado al silencio, le dije al espejo que tenía que volver, le pedía que arrasara con todo aquello que tenía, que no es poco, pero tampoco es suficiente. Me limité a decir que la sonrisa se callase, que regresara al hogar del que nunca debí salir, al fin y al cabo, era lo único que sabía hacer
Pues toda batalla
Siempre y cuando no sea mía
La sabré pelear
Pero no por mi
Me dijo que caería, que conocía esa sensación, me dijo que iba a doler ¿acaso silencio no significa que algo duele? ¿acaso marchar no es querer ser silencio? Le dije que me golpease, que arrasara con todo. La dije que le necesitaba, que no sabía que era el hogar, que no sabía que era de mi. Que cuando volaba, debía recordar el porque de mis alas, que cuando salía y gritaba contra todo, simplemente me olvidaba de mi. Conté cientos de nombres pero nunca supe contar el mio.
A pesar de ello
Nunca importó
Porque nunca lo hizo
Y me sentaré en la batalla, me dirá que recuerde porque un día aprendí a volar. Que quizás nunca supe saltar desde las rocas, que siempre lo hice desde el silencio, que me movía, y que buscaba palabras que no eran mías y silencios que el mundo necesitaba escuchar. Quizás me equivoque una vez más, quizás lo haga para siempre, quizás, solo quizás, lo haga para que aquellos que carecen de sueños...realmente sean eternidad.
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