Y en cada sonrisa
Y en cada recuerdo
Y en cada uno de los
versos
Porque al fin y al cabo, si te
escribo, es porque mi voz, mi cuerpo, y cada uno de sus silencios, simplemente
te echan de menos. Y te buscan en cada caricia, en cada uno de los besos que,
agazapados bajo las sabanas, nos dábamos entre el placer de los labios.
Y supongo que estarás dormida, en
ese lugar donde amanecen tus sueños y crece la añoranza, allí donde los
silencios dicen sin apenas pronunciar palabra, allí donde los abrazos, son
caricias en cada una de las líneas, allí donde te gruño, y me gruñes, para
comernos a besos mientras nos hacemos eternos, mientras lentamente, caminamos bajo
un universo infinito.
Donde quedan tus labios, y el
sendero de tu cuerpo, donde quedan los silencios que se pierden en cada beso,
donde quedan las olas de este universo nuestro. Allí donde somos eternos. En
ese lugar donde adoro escribirte sin que mis manos pronuncien sonido, allí
donde te dejo dormir mientras yo, simplemente, te sueño despierto, allí donde
tus labios callan, y escriben el más bello deseo.
Quisiera ser parte de ese viento
que te despierta bajo las sabanas, a jugar a ser traviesos mientras, en esos
momentos en los que caminamos por el lado más humano de la vida, comprendemos
el porqué del viento, y ahí, nos abrazamos para comprender, que algunos caminos
que se escriben en silencio, son ciertos.
Despiertas
Mientras yo vuelo
Y te busco en cada beso, y te
describo en cada línea, y te abrazo en cada silencio. Describo cada palabra que
es tuya, y te abrazo más allá de las letras, besándote en cada suspiro, teniéndote
a cada momento.
Cuando despiertes, ambos seremos
palabra, ambos seremos silencio.
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