Ingravidez




Aquellas palabras eran solo parte

Del silencio de sus propias pisadas


La ingravidez de los versos…

Y de aquellos cuentos hicimos un terreno por el cual volar. Nos dijeron que solo las palabras, deben tener tierra sobre la que caminar. Nos escribieron a media espalda, dejando que nuestras alas se secasen con la última tormenta de una primavera que no supo cómo dormir. Nos dijeron que el universo solo es un lugar que no podíamos alcanzar, nos dijeron que las estrellas no son más que las letras de un poeta que escribía cartas sobre el mar.

Las alas no debían moverse, estas pertenecían a un lado de la realidad, y allí, los sueños no son más que líneas que se escriben en los días de silencio. Nos dijeron que los planetas, solo son instantes de un verso, rocas que se alejan de un mar que no deja de avanzar. Nos ataron las alas a su propia realidad, alejando de cualquier sueño, nuestras ganas de volar, nos dijeron que simplemente, debíamos caminar por la tierra que ellos mismos habían creado, que solo nuestros sueños, eran parte de nuestra propia personalidad.


Nos dijeron tantas cosas

Que se olvidaron que es volar


Una carta que no se escribe, ella habla de su realidad, de esa en la que el hombre, ha dejado de soñar, esa en la que la tierra, solo es un instante más. Las palabras se abrazan, se describen en silencio, y ellos solo quieren caminar.


Y es ahí

Donde pisamos la tierra

Dejando que todo

Comience a volar


Quisimos que nuestras alas, dejasen de ser parte del silencio. Y dejamos que nuestro propio universo, tomase forma de ingravidez, y dejamos que todo fuese, aquello que debía ser. Nos pusimos en el universo, y les escribimos en cada una de nuestras alas para que comprendiesen que es volar. Que la ingravidez no es más, que una forma de volar por la tierra. Y que el universo no es más, que un instante en aquello que llamamos…eternidad.

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Océano, las cartas vuelan sobre tu silencio




Volar

-Silencio-


Y me dicen todas tus cartas, que me he ido para no volver…

Quizás te extrañe la batalla, quizás me digas que mi voz, no es más que el recuerdo de una primavera que nunca debió llegar. Quizás recojas mis escritos, aquellas cartas a las que  no quise ponerle nombre, y si lo tenían, estaba claro que tus palabras y las mías, iban a volar por horizontes distintos.


-Silencio-


Has descrito en tu almohada, los versos que no supe escribirte mientras tus brazos, eran un océano infinito. Cuando mi ausencia lo era todo, mi nombre se difuminaba en el silencio de tus labios. Y que mis letras se van alejando de tus abrazos, y que mis manos ya no te buscan para describirte en cada uno de los acentos, que mis alas, han dejado de volar por tu universo. Y que todo, ya nada será igual.


-Silencio-
-Guarda las cartas-


Y si quieres, deja algún recuerdo sobre la luna, no forman parte de mí por más que tus silencios busquen mis palabras. Los silencios fueron ganando terreno a un universo que no pertenecía, quizás, tu querías que lo fuera creando, que mis letras fuesen parte de esos planetas que tanto hablaban de ti, pero que iban distanciándome tan lentamente, que casi cuando acabé de escribirte, yo ya había marchado.


-Silencio-
-Escribe sobre tu almohada-
-Alguna carta en blanco-
-No serás tú-
-Pero seguiré siendo yo-


Y volar será aquella carta que nunca te escribí, aquella distancia sin palabra. Y marcharé a la batalla, escribiendo, volando, siendo consciente de que no serás tú, la que escriba en los acentos más tristes de una noche en la que no, no llegaré para decirte que estaré ahí. Pues al fin y al cabo, nuestros universos, aquellos que una vez, cuando creíamos ser parte de un mismo todo, se abrazaron. Y del mismo modo, cuando no esté, comprenderé que es volar. Y lo haré sin ti, lo haré con aquellas cartas, que hablan de vida, que hablan de realidad, que hablan de eso…eternidad.  

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