Las cadenas del lado dulce de la luna



Debimos cerrar

El ciclo de las cadenas opacas


Nada debía haber sucedido

Si hubiésemos abiertos los ojos

Antes de salir el sol


Han ardido las cartas que nunca debí escribir, he corrido contra mi propio muro

He chocado

He perdido

He ganado


He tapado los miedo con rabia hacía mí mismo, el cielo nunca debió ser el límite, pero yo lo encadené. Palabras vacías que se escriben cada día, el sol arde sobre la espalda y yo prefiero perderme ante la luna. Encendí mis palabras, una a una, como si nadie pudiera escucharla. Arrojé un reloj que parecía haberse detenido, y este cayó sobre el mar, y se ahogaron las palabra, simplemente quedó el silencio de las olas.

Y grité, solo una vez ante el ruido, y cuando quise romper con todo agarré con rabia mis propias cadenas y comencé a comprenderlas. Nada soy con el sol, todo soy con la luna igual que con el silencio. Y cuando me gire contra mí mismo entenderé mis propias cadenas, y las querré para toda una vida, y las odiaré quizás por un momento, quizás para el resto de los días.


Giraron los espejos

Poniendo la luna boca abajo

Dejando caer mi propio reflejo


Han pasado las horas, y las horas gritaron días y los días gritaron rabia contra mi igual que yo lo grité hacia ellas. Dulce sensación de ver el sol desde el otro lado de la luna. Y en mi silencio simplemente…aprendí de mis propias cadenas.

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