Ahora, que rugiste en silencio contra mi mundo


 

 

Dijiste que son palabras



Que un día el vuelo

Sería solo para mi


Y aprendimos a querer, cuando todos querían olvidar. Me abrazarte y traspasaste, el ruido del silencio sobre mi. No debíamos esperar, que en algún lugar de ninguna parte donde los abrazos quedaban prohibidos, el tiempo no podía esperar.



Que todo se había perdido

En algún lugar donde todos

Querían olvidar



Despertaste la bestia que dormía, nada debía continuar, y encendí una palabra, quizás la lleve en mi equipaje. He roto todo mi cuerpo en mil fragmentos y me volví silencio. Era algo que dijiste que debía hacer, no debía negar una primavera en un invierno hostil. Dijiste que las lágrimas, iban a ser palabras que se guardan en los labios, mientras te muerdes por dentro y expulsas la rabia por fuera.



Muchos rieron



Otros

Se apartaron de ti



Señalaron con el dedo sin aprender a volar, y nos miramos con la calma de los pasos firmes pero sencillos. Me miraste antes de despertar, y me dijiste que sobre mis espalada, las alas deben sangrar con mi propio nombre.



Y dolerá

El silencio de tus palabras



Me dijiste que no podía esperar, me abrazaste con la razón del cambio en el sentido del viento. Comprendí donde estaba la sombra al amanecer, donde queda la guerra bajo mis manos, donde queda el silencio del verso, y como saltar al vacío...en búsqueda de la eternidad.


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