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Y ya no quedan tus palabras




Soledad


-Ya no-


-Ya no quedan tus palabras-



He dejado que el verso, escriba sobre tus lineas, y que tus manos, sean de horizonte infinito.


Que todo a regresado al silencio de tus labios, al camino de mis abrazos, al sendero de los sueños no escritos y descritos en alguna parte. Porque ya no, ya no eres la montaña, que acaricia el silencio mientras abraza las estrellas, ya no eres el océano, no eres la palabra, ni la linea que camina en la orilla esperando que las olas, dejen de susurrar los nombres. Ya no eres la nota, ni la melodía, ni el despertar de las palabras.



Pues para ello

Está el silencio




Que yo, ya no eres palabra escrita.


Ni susurro, no eres lo que no tengo, no eres un pedazo de tela, que se alza en la distancia, mientras describes la despedida. Que tus cartas permanecen, bajo el techo de otras poesías, bajos caminos, que no son tuyos, pero que tampoco son míos. Que no bajaremos la luna, y esta vez los poetas, saltaran sobre el cielo.



Y escribir

Lo que sentimos

Pero no llegamos a cumplir




Porque ya no eres palabra.


Y ya no, no me perteneces, nadie lo ha sido, nadie cuya letra anclase en la tierra el vuelo sobre el cielo. Y tu no, ni siquiera estás aquí, ni siquiera quedan los fragmentos de las despedida. Que quise volar, que quise no ser tu, pero formar parte de ti, de aquellos versos, de aquellas lineas, de aquellas letras. Porque de todo aquello, ya no queda nada, ni siquiera el recuerdo en tu palabra, que no es mía. Que solo son bocetos, que solo son caricias sin nadie, a solas, en recuerdo, de la nada.


Porque las cosas sucedieron, y siguieron, como la luna cuando me decía, que debía volar. Que yo no formas parte de mi palabra,. Que me he vuelto silencio allí donde tus abrazos, se alejen del océano infinito, allí donde tus recuerdos, sean senderos que lentamente, se van olvidando bajo una palabra que se escribe, y que se alarga hacia ninguna parte. Por las palabras, por las veces que te necesité, y comprendí, que simplemente, tenía que volar, ser la linea, ser el verso, ser la palabra.



Porque ya no

Ya no te quiero


Solo eres

Eternidad

Dime



Dime…


Que mis palabras no eran silencio.


Dime que las lineas no escritas, eran las que unían los abrazos, y los acentos, solo eran un instante más entre los dos ante todos, pero sin nadie. Dime que una vez sonreíste, y cuando lo hacías, eras capaz de volar.


Dime que una vez lo fuimos todo…



Sin ser nada

Ni de nadie

Pero de todos



Dime que por un instante fuiste feliz, y ahí, en algún lugar donde solo tu tenías un nombre, yo no era más que un boceto. Dime que la distancia no era más un alto en el silencio, que los abrazos, lo fueron todo, y que algunos instantes, a pesar de la distancia de los labios, hablábamos de eternidad.


Dime que en soledad, solo eras un verso…


Que en cada uno de los acentos, estaba mi nombre en silencio, como siempre, dispuesto a ser abrazados cuando las cosas, te iban mal. Dime que en tu habitación no había palabras prohibidas, y que yo, no existía, pero te importaba. Dime que sabías que no dejaba de volar, y que en tu silencio, los abrazos iban a estar ahí.


Dime ahora…



-Que ya es tarde-


Y yo no estaré

Ahora que estás aquí....



Que estás aquí


En algún lugar


De ninguna parte



Donde no te escribo, donde no te cuento, donde me limito a ser tu silencio.


Que ya no estás, y que ya no soy, que simplemente me describo entre la manos, entre caminos que no fueron míos, pero tu no estás, y yo, yo no estoy. Que no te escribo en la palabra, quizás lo haga, como siempre, en el silencio. Que las cosas son como tus palabras, y mi sonido



Solo es silencio



Que comprendí que era necesario, y que era para mi, que simplemente me limité a seguir el camino, a seguir con las manos, queriendo volar. Que simplemente no te he escrito, no quise los papeles que describiste en blanco, no, no eran para este lugar, nunca regresarían a casa, aunque aquello, era algo que no estaba escrito, quizás, simplemente quizás, habría sido yo mismo cuando ellos, hubiesen llegado a un lugar, en el que solo había un nombre.


Que quizás, recuerdes los versos, pero no mi voz, pues esta no, no te pertenece, y me aíslo de tu palabra para que simplemente, si tu mar llega a mi montaña, te quedes en la bahía. Que simplemente fui alas, al igual que batallas, y lentamente fui silencio, y este, no te pertenecía.



Que todo aquello


Solo es recuerdo


Escrito en algún lugar



Que las cosas quizás hayan cambiado, para volver a ser lo que era, para regresar a un universo, que no me pertenecía. Que quizás mis palabras, ya no te lleguen, y si lo hacen, quizás, solo quizás, no tengan mi nombre. Que nada es lo mismo, y todo permanece igual, que cuando el silencio escriba en la palabra, tu no estés aquí. Que quizás por eso, y por tantas líneas escritas en las que el silencio, abrazaba tu nombre sin ponerlo, ya no seas palabra. Que ya no, ya no te escribo...ya eres eternidad.

Que eras la letra cuando te escribía...




Que las calles, han permanecido vacías…



Que tu nombre, dejo de escribirse en alguna parte, que tus palabras, ya no me pertenecían, y que todo, quedó relegado a un silencio solo para mi. Que las cosas quizás hayan cambiado.



Y que me haya alejado de tu verso

Para ser silencio en tu canción



Que he dejado de tener tus palabras, cuando las tuve, simplemente fui de momento, quizás no de aquellas palabras que escribía, porque al fin y al cabo, distancia no es más que estar aquí, pero no reconocer ni tu nombre



Quizás si tu silencio

Pues este

Permaneció en aquellas cartas

Que escritas

Quedaron sin enviar



Que en ocasiones te extrañe, y te busque en cada palabra para pronunciar de nuevo una despedida que sea de verdad, que sea para siempre, sin ser para nunca, pues el recuerdo, permanece en un lugar, al que no quise entrar. Que tus manos ya no me buscan, y mis palabras, ya no te describen. Que salté hacia una guerra que no era mía, y ahora, ahora que mis manos regresan al silencio, te escribo para poder decirte que no, que no eres recuerdo, quizás, solo quizás, un acento en la eternidad.

Quédate con el silencio de aquel lugar en la palabra





Quedate en silencio



Donde las palabras escritas

Son solo una parte

Y todo

Abraza lo que hemos sido



Que todo…


Guarda en sus palabras los versos


Que todo aquello, se vuelve poesía, y como tal, se guarda sin nombre, contando historias dentro de cada verso vivido. Pero aquello, se vuelve océano, y como tal, los barcos que llevan los nombres, marchan, quizás lejos, pero cada uno con su propia botella. Porque avanzar, es solo parte del silencio, y todos lo hicimos, solo que algunos, decidimos mover la palabra pero abrazando el silencio. Y de aquello, quedan solo los fragmentos de los que nadie habla, pero que una vez escritos, son parte de todo aquello, que se vuelve silencio entre las palabras.



Y dejar que todo

Sea palabra



Que cuando estemos en soledad, seamos el recuerdo, que lo haremos, pero cada uno de nosotros, escrito el verso en el cielo, lo hará a nuestra manera. Y nos juntaremos en el universo de nuestra soledad, y nos rencontramos en algún lugar donde la palabras, sea ese abrazo en el que todos, escribamos con nuestra propia letra, aunque algunos, lo hagamos con nuestro propio silencio. Que aquellos muros, que aquellos caminos de tierra cercana, que aquellos bailes de eternas palabras, que aquello que no tiene nombre mientras volamos, será llamado recuerdo.



Y allí

En cada uno de ellos

Abrazaremos nuestras palabras



Porque todo, es tan infinito, como lo fueron los abrazos. Que el papel del cielo sea quien describa nuestras palabras, porque yo, me limité a ser silencio con los versos entre los brazos. Que quizás nos hagamos eternos, que quizás, se escribas como cada una de esas cartas, con el silencio de los labios, con el susurro de un te echo de menos a cada instante que estoy a tu lado, con todo aquello, que queríamos sin pedir nada. Y que todo aquello, será parte...de aquello que llamamos eternidad.

Llovías en palabras de papel







Llovías

Y tu ausencia era de papel


Eran de aquellas cartas, que nunca dejaron de escribirse.


Y tu ausencia era una voz, no era una palabra, era un recuerdo de esos que se viven en el silencio de cada caricia. Llovías y en tu nombre dejabas escapar el silencio. Te convertías en un poema, el las letras grises de tu propia biografía.


Y te ibas dibujando en silencio
Como la luna


Abrazas el silencio de la ciudad, allí, a los lejos, quedaban cada uno de los recuerdos, y las caricias ausentes sobre un mar, sobre un lugar, al que nunca pusiste nombre. Llovías sobre los recuerdo en un folio de papel, tus palabras, son de ausencia, tu voz, de soledad. Describías entre tus pasos las pautas hacia la vida ¿recuerdas? Una vez quisiste volar.


Y comenzaste a llover
En la soledad de tus abrazos
Y el silencio de tus palabras


Quizás buscabas en tu anochecer, las palabras que yo mismo te escribí, quizás buscabas entre tus propios libros, aquellas páginas en las que tu, escribías acerca de poder volar. Y me decías entre caricias, que todo, era un lugar en el que poder soñar. Y me besabas con tu ausencia, y me abrazabas como si nada, nos separase. Y al final, cuando las palabras dejaron paso al silencio, cuando tu, no estabas aquí, te convertiste en distancia, y simplemente...llovías.