Y cuando cae la noche
Descubro en cada una
de mis palabras
Todos aquellos
silencios
Supongo que es algo, que alguna
vez escribí…
Una de esas líneas, que
simplemente salen de mis manos cuando estas, deciden comenzar a volar, cuando
simplemente, me limito a dejar que sean libres. Supongo que valorar el
silencio, es valorar la palabra, porque al fin y al cabo, es el silencio es una
voz, y lejos de aquellos sonidos que se todo el mundo puede realizar, y que
incluso abrazo con algunos pasos, el sonido del silencio, dice mucho más de lo
que quiero escribir.
Y es que sucede que en ocasiones,
un solo silencio, es una muestra de eternidad, que quizás las palabras solo son
un acento para que caminemos con los pies en el suelo, cuando realmente, son
nuestros silencios los que desean caminar. Porque escribir sobre el silencio,
es escribir para poder volar, y yo lo hago, vaya si lo hago, de lo contrario,
simplemente dejaría que las cosas fluyesen. Y es que en ocasiones, siempre va
bien volar por encima del mar, por ese camino que una vez, recorrimos entre la
gente.
Y yo me siento frágil
con la voz
Pues al fin y al cabo
Somos eternos en el
silencio
Porque los silencios, son al fin
y al cabo, la palabra más firme, y cuando lo abrazo, me siento en un breve
suspiro, tan eterno, que casi puedo palparlo, y cuando lo hago, es para plasmar
con letras cada uno de mis silencios. Supongo que va bien abrazarlo y volar, al
fin y al cabo, este te enseña a mover las alas, y querer marcar todas aquellas
palabras que dije, pero que simplemente, decidí guardar para esos momentos, en
los que la soledad se convierte en una compañía, que logra abrazarte, y te
habla, y es entonces cuando te dice todas sus palabras, silencio, es la voz de
la soledad.
Y es ahí, donde se mezcla la
soledad, el silencio, y la palabra, y comprendes que ese es el viento que mueve
tus propias alas. Las palabras son simplemente, el abrazo al mundo cuando
quieres decir con el silencio…dentro del universo.
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